‘Los campesinos han venido solicitando una COMISIÓN DE ALTO NIVEL para que asuma la responsabilidad de garantizarles una salida […]’
Nelva Reyes
En 1983, el Dr. Stanley Heckadon Moreno le presentó al país un estudio que, según él: ‘Comenzó a tomar forma en 1976. Este esfuerzo sale a la luz pública después de mucho trabajo y gracias al apoyo de varias personas e instituciones…’. Así se presenta a la comunidad nacional el libro ‘Cuando se acaban los montes’. Luego de 35 años de su publicación, ¿cuál es la importancia hoy de su contenido?
La investigación y el estudio que, a través de cada una de las páginas, nos ofrece el Dr. Heckadon Moreno nos permiten conocer a profundidad el método de trabajo, costumbres, tradiciones que ha tenido en este caso el campesino santeño. Las causas que le obligan a migrar a otras comunidades a lo interno de la provincia o hacia otras provincias.
En las décadas de 1930, 1940, 1950, se lleva a cabo el proceso de colonización a lo interno de la provincia de Los Santos, siendo las tierras del Valle de Tonosí las que acogieron a ese campesino que iba en búsqueda de tierra para trabajar. El Dr. Belisario Porras Barahona fue impresionado por el potencial de Tonosí y en sus memorias de guerra la describió como una ‘Región incomparable, asiento prometido a generaciones venideras, futuro brote de imponderables riquezas’. (Belisario Porras, Memorias de las campañas del Istmo 1900).
El implementar el método del cultivo de la tierra por la costumbre y tradición de la roza. (método que consistía en tumbar el monte, quema, siembra, cultivo, cuando más dos cultivos en esa tierra, luego se le regaba paja para potreros), hacía que las familias campesinas quedaran sin tierra para producir sus alimentos. Esta es la razón que les obliga a migrar a otras provincias en búsqueda de montes, que les permitan tener la tierra para cultivar sus productos y obtener arroz, maíz, entre otros y poder mantener las familias. Con la migración de los campesinos santeños a otras áreas del país se extiende con ellos el método del cultivo.
Entre 1972 y 1976, es construida la hidroeléctrica llamada en un inicio hidroeléctrica del Bayano, luego se le cambió el nombre a Ascanio Villalaz. La hidroeléctrica se encuentra ubicada a 80 kilómetros de la ciudad de Panamá y tiene un embalse de 350 kilómetros.
Las familias campesinas que habitaban en los alrededores del río Bayano, muchas procedían de las provincias de Los Santos, Herrera, Veraguas y Chiriquí. Estas familias se ubicaron y reubicaron en las comunidades de Loma Bonita, Wacuco, Tortí Abajo, Pigandí, en las décadas de 1970 – 1980. La Comarca Kuna de Madungandí establece su delimitación mediante la Ley Nº 24 de 1996.
Al delimitarse la Comarca Kuna de Madugandí se le destinan 180 mil hectáreas, ‘aproximadamente’. No se segrega la tierra a los campesinos que ya estaban instalados en ella antes de la demarcación de la comarca. Esta situación es reconocida por los compañeros indígenas y sus autoridades. Cuando se midió la tierra para la comarca se indica que habían 231 mil hectáreas y la definición por Ley era que se le asignaban a la comarca 180 mil hectáreas, lo que hace una diferencia de 51 mil hectáreas. Los campesinos han venido planteando que se segregue de esas 51 mil hectáreas la cantidad que establece la Ley Agraria para ellos trabajar.
El pasado 16 de julio de 2018, fue asesinado el joven Humberto Sanjur. El Sr. Clímaco Sanjur, padre de Humberto, indica que alrededor de 300 indígenas gunas llegaron a Pigandí, donde él tiene sus trabajadores, y le mataron a su hijo, de 34 años de edad, y 27 reses. Esta es la cuarta persona que ha sido asesinada.
A los campesinos les han quemado las casas, los productos, compañeros que han sido golpeados por compañeros indígenas, como lo fue el hoy secretario de la Federación Istmeña de Trabajadores Agrícolas, Ignacio Pérez. Al Sr. Flores le mataron 12 reses de ceba, ganado comprado con un préstamo del BDA. Las denuncias han sido puestas en todas las instancias correspondientes, y no se ha hecho justicia.
Los campesinos han venido solicitando una COMISIÓN DE ALTO NIVEL para que asuma la responsabilidad de garantizarles una salida de manera satisfactoria a las familias que viven en estas comunidades.
Los Gobiernos en décadas no se han preocupado por atender los problemas el sector campesino, de manera que contribuyan a mejorar las condiciones socioeconómicas y de subsistencia de este sector.
LA AUTORA ES SECRETARIA GENERAL DE LA CENTRAL GENERAL AUTÓNOMA DE TRABAJADORES DE PANAMÁ (CGTP).
Foto: www.cgtpanama.org
Last modified: 18/08/2018