La ilegal ocupación del Sahara Occidental y la guerra que Marruecos intenta ocultarle al mundo.
“Durante los 45 años que ya lleva el conflicto saharaui, son las mujeres las que realmente han creado estructuras políticas, económicas y sociales para una configuración administrativa que responda a la geografía del Sáhara ocupado” ((Jadiyetu El Mohtar Sidahmed, Profesora, periodista y representante del pueblo saharaui y del Frente Polisario (FP) en España).
Estas aguerridas mujeres lo hicieron –y lo hacen todavía-para cubrir, en primer lugar, las necesidades de la población y, al mismo tiempo, vertebrar a la sociedad saharaui para crear la conciencia de un Estado independiente con todas sus instituciones.
Las mujeres Saharui tienen una presencia activa tanto en el frente de batalla como en la retaguardia, organizando la resistencia en la clandestinidad y colaborando en labores administrativas, así como aportando económicamente a la compra de cualquier material que pueda ser útil a esa lucha de resistencia.
Todo ello se da en el marco de la sensibilización de la necesidad de la unidad nacional, así como la demanda a las autoridades españolas de la celebración de un referéndum que permita al pueblo saharaui manifestar su voluntad de ser un país independiente, al igual que el resto de los países africanos.
Hay que destacar que las mujeres Saharui tuvieron –y tienen- un protagonismo muy importante en la construcción de los campamentos de refugiados, cuando España abandonó el territorio y las fuerzas de ocupación marroquí llegaron a las primeras ciudades y pueblos del Sáhara Occidental.
Las mujeres, dentro de los campamentos, tuvieron que crear escuelas, guarderías, centros sanitarios, en un entorno inhóspito y desértico, dependiendo siempre de la ayuda humanitaria. A pesar de esta cruda realidad las mujeres saharauis desarrollaron un papel importantísimo, porque es una responsabilidad pública la construcción de esas instituciones administrativas en los campamentos.
El caso saharaui es singular, porque las mujeres edificaron en los campamentos, ciudades dentro del desierto, donde crían y educan a generaciones de jóvenes, hombres y mujeres, con una gran creatividad humana de supervivencia.
Es importante destacar el papel que ha tenido la Unión Nacional de Mujeres Saharaui, organización creada en 1974, con el objetivo de visibilizar la participación de las mujeres en la sociedad saharaui, y también para su empoderamiento en diferentes ámbitos: político, económico y cultural, entre otros.
Dicha organización nació bajo el paraguas del Frente Polisario y, fruto de su trabajo, se alcanzó la presencia de las mujeres en todo su organigrama y también en el gobierno de la República Árabe Democrática Saharui (RADS), que se proclamó en 1976.
El respeto y la participación de las mujeres saharaui es una excepción en un mundo árabe musulmán estereotipado cuando Occidente muestra que las mujeres árabes y musulmanas son sumisas, no tienen derechos. Sin embargo, a través de la participación política que han tenido en el conflicto, en toda la lucha de liberación ayer y hoy, pudieron romper esos estereotipos.
Demostraron –y demuestran- que las mujeres saharauis son una excepción en el mundo árabe musulmán por su participación, su libertad, su honor, su forma de estar presentes en todos los ámbitos de la sociedad. Y, sobre todo, por luchar, de manera paralela a la lucha de liberación, por los derechos de las mujeres, para que éstas sean ciudadanas de pleno derecho en un Estado saharaui independiente, una vez que se recupere la soberanía nacional del territorio.
No menos importante es el papel que desempeñan las saharauis en las zonas ocupadas. Es público y notorio que el pueblo saharaui está dividido por la guerra y por un muro de 2.740 kilómetros (muro de la vergüenza marroquí), que este desfasado reino construyó para separar el territorio y ganarlo, porque le interesan los recursos naturales del área.
Las mujeres saharauis hoy, en la segunda guerra, después de que Marruecos rompió el alto el fuego al agredir a los manifestantes pacíficos saharauis en la brecha ilegal de El Guerguerat, retoman el mismo papel que tuvieron que asumir en 1975, cuando España abandonó el territorio.
Las mujeres también están en el frente de batalla, se han alistado en el ejército, se están formando en las academias militares, pero el papel de gestionar, de hacer que sigan funcionando los campamentos con sus escuelas y hospitales, con todas sus administraciones, esa responsabilidad la volvieron a asumir al igual que lo hicieron en el pasado.
Puntualizó Jadiyetu El Mohtar Sidahmed, que “estamos en guerra desde el 13 de noviembre de 2020”, hecho que pretende ocultarle al mundo el desfasado reino marroquí.
Recalcó que “Marruecos tiene una influencia importante comprando voluntades y, dentro de estas voluntades, están los medios de comunicación, los directivos de las redacciones, muchos periodistas para que no publiquen nada que contradiga la ocupación del Sáhara…”
Por otra parte, recalcó que “la revolución y la lucha por los derechos de las mujeres no se pueden disociar, no la diferenciamos, una cosa conlleva a la otra, van paralelas, porque ese futuro es posible”.
Cabe destacar que Panamá reconoció a la República Árabe Saharaui Democrática como Estado soberano el 23 de junio de 1978, relaciones que fueron suspendidas el 20 de noviembre de 2013, pero reasumidas el 8 de enero de 2015.
Panamá fue el primer país americano en reconocer a la RASD, y el que alojó la que fue la primera embajada Saharaui en América (en 1980).
La dirigente Saharaui expresó, para concluir, que “con América Latina nos unen muchísimos lazos y es vital para el pueblo saharaui esos lazos, pero, sobre todo, esa historia conjunta de lucha por los derechos de los pueblos”.
Fraternal saludo y adelante, siempre adelante, desde nuestro masacrado e intervenido Corinto Bolivariano: Panamá
Por: Franklin Ledezma Candanedo. Periodista, Escritor y Poeta.
Foto: www.rebelion.org
Last modified: 05/03/2021