Por todo el continente las luchas en defensa de la tierra, el territorio, los bienes comunes y el sentido de la propia existencia se multiplican. Las escuelas de agroecología nos dan un ejemplo de esas luchas.
El asesinato de Berta Cáceres deviene en símbolo de la lucha de los pueblos, del entendimiento mutuo que se busca entre las comunidades, y del luminoso y esperanzador papel que juegan las mujeres en el horizonte de la existencia de los pueblos, sus comunidades y sus familias.
Emprendemos un recuento de varios de los ataques sufridos: el cruento negocio de cultivar palma africana expulsando gente de sus tierras, la sustitución de los cultivos campesinos con la biología sintética, las enfermedades de la industrialización del mundo, las megafusiones de empresas depredadoras en aras de poder, los transgénicos que buscan apoderarse de las claves de la vida.
Descargue aquí: Revista Biodiversidad, sustento y culturas # 88
Last modified: 17/05/2016