El rebelde Subcomandante Marcos que encabezó al llamado Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que se levantó en armas en los años noventa del Siglo XX, ha reaparecido este viernes con su nuevo pseudónimo de “Galeano” para defender al magisterio rebelde en México.
En la disputa en las calles contra una reforma educativa que suprime conquistas sindicales, que ha llevado a la cárcel a líderes sindicales, acusados de malversar fondos del magisterio sindicalizado, al menos en Chiapas, estado sureño fronterizo con Guatemala, empobrecido e indígena, donde surgió el EZLN, “los de arriba están perdiendo la guerra mediática”, dijo el encapuchado Marcos en un comunicado.
“Hemos visto a familias enteras, en el medio rural y el urbano, apoyar al magisterio” que desde el 15 de mayo está en huelga para exigir al gobierno federal la derogación de la reforma educativa y un diálogo nacional con la rebelde Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
Marcos ha vuelto con su sarcasmo a animar a una sociedad muy conservadora en sus estilos de comunicación y engolada retórica política institucional, para compartir con ironía su llamado “Apunte sobre la guerra contra el magisterio en resistencia: (La Hora del Policía 3), Del cuaderno de apuntes del Gato-Perro, que firma como Miau-Guau”.
Marcos, que surgió al frente de una precaria guerrilla indígena en Chiapas, y recogió el apoyo de cientos de miles en memorables caravanas para negociar la autonomía para las comunidades indígenas, afirma que “la descomunal campaña mediática en contra del magisterio que resiste, ha fracasado”.
La misma tarde del viernes, cuando miles de maestros marchan en la lluviosa capital mexicana para exigirla libertad de su dirigentes, el movimiento de resistencia contra la reforma educativa “se ha convertido en un espejo para cada vez más gente-gente (es decir, no la de organizaciones sociales y políticas, sino gente común)”, dijo el veterano líder rebelde conocido por sus veleidades literarias e irreverencia, que anunció una insólita jubilación como Marcos, y dio paso al personaje de “Galeano”.
El gobierno “todavía no puede presentar algún argumento educativo, así sea mínimo, a favor de su programa de ajuste de personal”, como llama a la reforma, a varios meses de aprobada por el Congreso.
Los argumentos del gobierno de Enrique Peña “han sido, hasta ahora, los mismos de cualquier capataz de la época porfirista (dictadura de hace un siglo en México): gritos histéricos, golpes, amenazas, despidos, encarcelamientos. Los mismos que emplearía cualquier triste y gris aspirante a policía posmoderno”.
Marcos o Galeano, interrogó: “¿Por qué, si son “vándalos”, “holgazanes, “terroristas”, “corruptos”, “opositores-al-progreso”, mucha gente de abajo, no poca de en medio, y hasta alguna de arriba, saluda, así sea a veces en silencio, al magisterio que defiende lo que cualquier persona defendería?”.
Al final interroga: “¿Van suplir los plantones magisteriales con plantones policíacos y militares? ¿Los bloqueos de protesta por bloqueos con tanques y bayonetas?”. (Sputnik)
Fuente: Resumen Latinoamericano
Last modified: 23/06/2016