Algunas organizaciones afropanameñas nos unimos a las voces de indignación y rechazo en contra de la agresión que sufrió el joven músico colonense Joshua Ashby, en un Supermercado de la localidad, en donde, sin conocer quién era, fue discriminado y humillado por colaboradores de la empresa. Otro caso más reciente, es el del día jueves 11 de junio, cuando en la ciudad de Colón, policías agredieron sin razón a Elías Castillo, un joven trabajador que solo quería ganarse el sustento para su familia.
Situaciones como estas viven a diario muchos jóvenes, hombres y mujeres afrodescendientes en nuestro país, quienes prefieren guardar silencio y no se atreven a denunciar. Pero, Joshua, cansado de sufrir tanto irrespeto y humillación, decidió denunciar su caso, lo que ha motivado la indignación y el repudio de la comunidad, así como también se evidenció públicamente la agresión policial a Elías.
En Estados Unidos el año pasado murió bajo custodia policial el joven de padres panameños, Javier Ambler II y recientemente se registró otro incidente de brutalidad policial, igualmente repudiable, que causó la muerte de George Floyd, un afro americano, generando una reacción mundial y una serie de manifestaciones donde miles de personas alzaron la voz contra el racismo y la discriminación racial que sufren las poblaciones negras desde hace más de 400 años de esclavitud, segregación racial y ahora en tiempos del COVID19.
No se trata de hechos aislados, los tres incidentes tienen la misma raíz, el racismo estructural y la discriminación racial que permea la sociedad y perdura en la conciencia de muchas personas y se expresa de distintas maneras: perfilamiento racial, abuso policial, maltrato, humillación, invisibilidad, exclusión y marginalidad social.
Esta situación desde todo punto de vista, es una violación de los derechos humanos consignados en tratados y convenciones internacionales. Sin embargo, en nuestro país son prácticas que están institucionalizadas en los distintos estamentos gubernamentales, la empresa privada, incluyendo los cuerpos policiales y el sistema de justicia. Los incidentes ocurridos nos permiten constatarlo y visibilizarlo.
La actual pandemia del COVID19, también ha puesto en evidencia el racismo estructural que existe en nuestro país, cuando observamos que las poblaciones más afectadas y más vulnerables, son precisamente las poblaciones socialmente marginadas, afrodescendientes e indígenas localizadas en los grandes bolsones de pobreza que existen en los centros urbanos.
La discriminación racial también se expresa en la distribución del ingreso, en la desigualdad salarial, así como en los tipos y calidad de los empleos, vinculados en su mayoría a la informalidad. Históricamente los afrodescendientes han estado vinculados a los trabajos menos calificados y de más baja remuneración.
El bajo nivel educativo, las condiciones precarias de salud y la pobreza son factores que han incidido en la propagación del COVID19 en la población afrodescendiente. En esta coyuntura, los niños que no han podido continuar sus estudios en su gran mayoría son afrodescendientes e indígenas y de áreas marginadas, debido a que el sistema educativo panameño no ha logrado modernizarse con la tecnología que le permita tener acceso a una educación de calidad. Además los contenidos educativos no incluyen en los textos escolares la historia y los aportes de las poblaciones afrodescendientes en nuestro país y están plagados de prejuicios y estereotipos raciales que contribuyen a mantener la discriminación.
Los centros de atención de salud en áreas donde residen las poblaciones afrodescendientes no cuentan con el equipamiento ni servicio de calidad para brindar una buena salud o servicio de calidad.
En Panamá aún existen grandes bolsones de pobreza, localizados en la periferia de la ciudad, donde existe un gran hacinamiento y promiscuidad social, lo que ha aumentado los niveles de contagios del COVID19. Estas son áreas donde se concentra un alto porcentaje de afrodescendientes.
Por otro lado, los sistemas de justicia dejan mucho que decir, cuando vemos que el acceso a la misma también es discriminatorio con las poblaciones afro, ya que a muchos se les niega el derecho a recibir un tratamiento oportuno.
Uno de los mayores agravantes que tenemos es la falta de datos y registros oficiales sobre las condiciones actuales de la población afrodescendiente, lo que no permite establecer políticas públicas y proyectos de desarrollo sostenibles en áreas específicas con/por la población afropanameña.
Todas estas situaciones llevan a las organizaciones abajo firmantes a demandar ante las autoridades, instituciones gubernamentales y organismos competentes, que se hace necesario definir claramente una política social que atienda de manera responsable las situaciones en que se encuentra actualmente la población afrodescendiente.
En tal sentido, solicitamos a la Defensoría del Pueblo que cumpla con el mandato de la Ley 16 del 10 de abril de 2002, que crea la Comisión Nacional Contra la Discriminación Racial, que hasta la fecha no ha funcionado como se debe, ni se le ha dado la importancia debida.
Exigimos que se establezca con urgencia una ley que tipifique y sancione la discriminación racial en Panamá para que situaciones como la de Joshua, Elías y muchos otros no queden en la impunidad.
Solicitamos que de manera urgente se reforme la Ley 64 que crea la Secretaría Nacional para el Desarrollo de los Afropanameños (SENADAP), para que se nombre su Junta Directiva y se le otorgue la autonomía y presupuesto, que le permita cumplir con el mandato de implementar el Plan de Inclusión para el Desarrollo de los pueblos afropanameños.
Finalmente, exigimos al Ministerio de Relaciones Exteriores y a todos los involucrados, que inicien lo antes posible, el protocolo necesario para la firma y ratificación de la Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial y todas las formas de Intolerancia, aprobada por unanimidad en la Asamblea General de la OEA en el año 2013.
Es necesario que cambiemos para que las cosas cambien. No habrá progreso, hasta que tengamos igualdad y equidad.
Necesitamos un país donde todes podamos tener las mismas oportunidades de avanzar y crecer, sin discriminación.
El Foro Afropanameño, Federación de organizaciones afropanameñas a nivel nacional.
La Coordinadora Nacional de Organizaciones Negras (CONEGPA) conformado por organizaciones afropanameñas
Gráfico: P.C
Last modified: 14/06/2020