Hace un año, durante el Primer Encuentro Intergeneracional Feminista -EIF, organizado en Panamá por el Espacio de Encuentro de Mujeres, el Colectivo Tener Ovarios y Voces Ecológicas Panamá, las mujeres privadas de libertad del Centro Femenino de Rehabilitación Cecilia Orillac de Chiari (CEFERE) y de la sección femenina del Complejo Penitenciario Nueva Esperanza en Colón, hicieron sentir su voz con el fin de dar a conocer sus condiciones de vida y desde la sororidad femenina intentar buscar se les protegieran sus derechos.
Hace un año los señalamientos de las privadas de libertad dijeron en cuanto a los procesos, que era una burla que haya tantas mujeres recluidas mientras se encuentran en proceso lo cual viola su derecho a la inocencia y debido proceso, además que los abogados como personal administrativo y del sistema de justicia dilatan los procesos al no ser eficaces a la hora de hacer su trabajo, agrandando la mora judicial y su instancia en este lugar.
En la actualidad, sendas misivas enviadas a las autoridades, tales como el Ministro de Gobierno, Carlos Rubio; Etereo Armando Medina, director del Sistema Penitenciario, y Vielka González, directora del CEFERE, dan cuenta de inconformidades que se mantienen en cuanto a los requisitos y procedimientos en la rebaja de penas, la concesión de medidas cautelares selectivas, retraso de los sumarios en el sistema inquisitivo, el sistema penal acusatorio no está cumpliendo con su rol garantista, y el no apoyo de una institución u organización que sea el enlace con los defensores de oficio.
Al respecto, una privada de libertad que pidió reserva de su nombre, en un audio que afanosamente intentan hacer llegar a los medios de comunicación, aunado a las copias de cartas enviadas a las autoridades, informa de algunos acercamientos en los últimos días, tales como una reunión, sin embargo, lamentó en declaraciones a Radio Temblor Internacional que suelen no obtener respuestas de las autoridades y se les dilata y engaña, les dan respuestas ambiguas y sin mayores compromisos.
Otras demandas señaladas con recurrencia por las privadas de libertad en años anteriores y que no es con respecto al proceso giran en torno a que los gastos que hace el Estado panameño para sus alimentos formaban parte de un negociado y no iban acorde con lo suministrado a la población ni a la cantidad de habitantes, también la falta de medicamentos y cancelación de citas, la insalubridad en la manipulación de alimentos y su disposición en un área pestilente, y en el caso de la provincia de Colón, una dieta desbalanceada para las personas con enfermedades crónicas y la mayoría de las veces los alimentos se sirven crudos y fuera de horario, eso sumado a la llegada del agua solo tres veces al día, por una hora.
Respecto a sus familias, cabe recordar que no todas las mujeres reciben visitas ya que la mayoría viven en condiciones empobrecidas o son extranjeras, las requisas por las que pasan los familiares son bochornosas. Además, la burocracia para obtener una visita conyugal es complicada, siendo un componente de la desintegración familiar. Apenas un 1% de las privadas de libertad accede a una visita conyugal.
Al tratar el tema de “La ilusión de reducir la violencia delictiva sin el tratamiento de sus causas”, el Dr. Luis Eduardo Morás, menciona que las promocionadas soluciones penales como el mecanismo idóneo para mejorar la seguridad, dejaron de ser parte de la solución para convertirse en un nuevo problema, pues hace tiempo ya que las funciones que dieron origen a la cárcel y alimentaron su expansión dejaron de funcionar: no representan un elemento de disuasión del delito; ni suponen la incapacitación del delincuente y menos logran su finalidad de rehabilitar; obteniendo por el contrario una serie de efectos perversos como ser alimentar los ajustes de cuenta extracarcelarios, ser un elemento corruptor de funcionarios, insumir una ingente cantidad de recursos, trasladar la llamada “cultura carcelaria” a los barrios de donde proviene su clientela, etc.
Sharon Pringle Félix/ Radio Temblor Internacional
Foto de Eugenia Rodríguez
Last modified: 25/02/2019