En la mañana del pasado martes el grupo de Equipo Argentino de Antropología Forense presentó su dictamen pericial de las investigaciones realizadas en el caso de la desaparición forzada de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa”, en el Estado Guerrero (México). Los peritos concluyeron que la evidencia científica y testimonial no es consistente, por lo que afirmaron que los normalistas no fueron incinerados en el basurero del municipio de Cocula, como lo dijo en su informe la Procuraduría General de la República -PGR-. Este es el segundo informe que contradice la versión oficial del gobierno mexicano.
Estos estudios respaldan los resultados del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes -GIE- de la Comisión Interdisciplinaria de Derechos Humanos -CIDH-, quienes también echaron abajo la versión oficial del gobierno mexicano. El peritaje consistió en el análisis en pruebas físicas y no físicas para verificar si concuerdan con la declaración de los inculpados, es por ello que se realizó un estudio de la vegetación del lugar y así comprobar la existencia de un incendio con la dimensión e intensidad que se necesita para reducir 43 cuerpos en cenizas. Se demostró que el follaje no tenía señales de haber sufrido los efectos del calor, incluso se encontraron plantas que crecieron antes de la desaparición de los estudiantes y ninguna de ellas estaba marchitada. También se encontraron 17 fragmentos de troncos justo en la zona donde la PGR afirma que quemaron a los estudiantes, pero ninguno presentó rastros de fuego.
Los restos humanos hallados en el lugar estaban calcinados y mezclados con los de animal. Diecinueve huesos humanos se encontraban térmicamente y severamente fragmentados, lo que complicó en la mayoría de ellos un análisis genético con mayor precisión. Además, su quema fue realizada en momentos distintos, aunque –comentan los peritos– no se pudo precisar la fecha exacta de su incineración, sí se verificó que son contemporáneos. El hallazgo de una prótesis dental unida a un fragmento de mandíbula, no corresponde a ninguno de los estudiantes, según su historial clínico y eso fue una de las tantas pruebas que se usaron para decir que los normalistas no fueron calcinados en el basurero de Cocula.
Por otro lado, el informe pericial menciona que el hallazgo de 132 casquillos que fueron disparados por lo menos de 39 armas de diversos calibres, la mayoría corresponde a armas largas. Esto contradice el testimonio de los inculpados, pues en su declaración mencionan que atacaron a los estudiantes con armas cortas.
El equipo de forense argentino resaltó que no estuvo presente cuando se encontró la bolsa con restos óseos en el río de Cocula, donde estaba el fragmento de uno los estudiantes desaparecidos y esa fue la prueba que presentó el gobierno mexicano para afirmar que los 43 normalistas fueron calcinados en el basurero y arrojados en bolsas al río. Señalaron que el hallazgo lo hizo personal de la marina y que cuando llegaron al lugar los restos se encontraban expuestos en una tela y en el piso; les llamó la atención que un hueso presentaba diferentes tipos de quemaduras y no tenía el mismo color que los demás. Más adelante la PGR confirmó que se trataba del estudiante Alexander Mora, según los resultados de la Universidad de Innsbruck, Austria, donde se realizaron los análisis.
Los peritos argentinos consideraron que se tiene que realizar una investigación más amplia en el basurero de Cocula, pues pese que los restos encontrados ahí no corresponden a los jóvenes desaparecidos, sí son de humanos que se tienen que investigar para saber a quiénes pertenecían y cuáles fueron las causas de su muerte. Señalaron que el estado de Guerrero está considerado como uno de los lugares con mayor índices de desaparecidos y por eso la importancia de hacer las averiguaciones correspondientes.
El EAAF está conformado por 26 peritos provenientes de Uruguay, Estados Unidos, Colombia, Argentina, Canadá y México, y fue creado para identificar los desaparecidos durante la dictadura militar de Argentina. Por petición de los padres de los 43 normalistas y de la CIDH, comenzaron su trabajo el mes de octubre del 2014. Es un equipo donde se trabaja con diferentes disciplinas como la arqueología, antropología, criminología, entomología, dinámica de fuego, balística, botánica, odontológica, genética y analistas de imágenes satelitales y fotografía. Cada una de estas áreas permitió hacer un análisis en conjunto para entender lo sucedido con los estudiantes normalistas desaparecidos el día 26 de septiembre del 2014 en Iguala, Guerrero.
Este es el segundo informe donde se demuestra que los 43 estudiantes normalistas no fueron calcinados en el basurero de Cocula como lo afirmó la PGR, por lo que los padres de los jóvenes desaparecidos consideran innecesario un tercer peritaje. Mencionaron que el gobierno mexicano tiene que concentrarse y poner todo el esfuerzo para indagar y abrir nuevas líneas de investigación a partir de las hipótesis arrojadas en el informe del GEI. También piden se castigue a los responsables que trataron de engañarlos con una historia falsa sobre lo sucedido con sus hijos, pues lo único que han causado es más dolor y daños psicológicos hacia su persona.
Por: Fabiola Gutierrez. Colaboradora de Colombia Informa en México.
Last modified: 15/02/2016