Desde finales de marzo inició la cuarentena en Panamá decretada por el gobierno nacional para hacer frente a la pandemia del covid-19. Este confinamiento restringió la movilidad por sexo y horas para evitar las aglomeraciones en los supermercados y bancos a nivel nacional; de lo que ya han transcurrido más de 16 semanas y luego la medida se focalizó esencialmente a las provincias de Panamá y Panamá Oeste.
El 1 de junio comenzó con la apertura de los 2 primeros bloques económicos y los casos de contagio se elevaron, llegando a una media de 670 casos nuevos y una media de 10 fallecidos diarios; para finales del mes de junio se registraron 20,087 casos y 295 fallecidos. Ya para el mes de julio no parece mejorar la situación en Panamá, quedando con el día con más casos nuevos (1,540) y también con más fallecidos (38), según el propio MINSA.
Pese al cambio de autoridades en el Ministerio de Salud y en el Ministerio Desarrollo Social no se ha podido frenar el avance de la enfermedad, dado que expertos señalan que existe una alta tasa de contagio inter domiciliario, por la cantidad de personas con el virus que conviven con el resto de la familia en sus hogares. Hasta el 20 julio existen más de 22,000 personas en aislamiento domiciliario y en hoteles; los hospitalizados son 1,388 en sala, 151 en cuidados intensivos y los casos activos están rondando las 24 mil personas.
Todo el personal del sistema público de salud se movilizó en los predios de los hospitales exigiendo insumos y equipos necesarios para atender a los pacientes, para salvaguardar sus vidas y evitar el contagio de este virus. Los diversos gremios médicos han solicitado el regreso a una cuarentena rígida, pero con un apoyo económico suficiente para las familias por parte del Estado y poder frenar la alta tasa de contagio de los dos últimos meses.
Hemos estado alrededor de cuatro meses en cuarentena para reducir el Rt, y lo único que hemos visto es que el número de contagios sigue aumentando de una forma descontrolada y que el Órgano Ejecutivo insista en culpar a la población, pero aplicando políticas públicas ineficientes y con baja inversión en el tema de salud para frenar esta crisis.
Compartimos el llamado de gremios médicos y movimientos sociales en volver a una cuarentena rígida y que la población panameña cuente con una asistencia sustancial para tener al menos 15 días de aislamiento domiciliario; dicha ayuda debe estar entre los B/.300 a B/.500 dólares, para que las familias panameñas puedan asegurar sus alimentos e insumos básicos durante este periodo.
Esta cuarentena ha sido ineficiente pues no se pudo aplanar la curva, ni disminuir los casos nuevos ni los fallecidos por día; primero porque el apoyo del Estado fue tardío e insuficiente y además de la exigencia de grupos de poder en abrir los bloques económicos prematuramente; dando como resultado que el confinamiento se echó al bote de basura por las presiones egoístas de la clase empresarial quienes sólo pensaron en sus intereses económicos y no en la salud pública de todo el país.
Por: Omar Sandino Concepción
Last modified: 27/07/2020