1. Nosotros, los panameños raizales de la nación Dule, (los indios están en la India) justipreciamos a Bae (Paya) con el mismo peso histórico y religioso con que un árabe o un cristiano calibra la Meca o la Tierra Santa. Bae es uno de los primeros santuarios de nuestro origen. Ello está confirmado en nuestros cantos históricos. En mis evocaciones, cuando vuelvo a mi hogar de Uwargandup me encuentro con mi madre, una ex-estudiante de una escuela de monjas franciscanas alemanas, que me leía en castellano los cuentos de Perrault, de cuyas páginas, los ogros, las madrastras, los barbazules y los lobos desembarcaban para maltratar a los pobres niños franceses.
Por su parte, entrada ya la noche, desde su hamaca, mi abuelo, que era un gandur, un sacerdote del Rito de la Pubertad, me encandilaba con los cantos históricos de nuestra nación, la nación Dule. Hoy me percato de que yo tenía en el calor de mi estupendo hogar a mi propio Herman Hesse que me contaba la otra versión de Siddhartha o a un Snorri Sturluson con otro enfoque de La Alucinación de Gylfi. En sus cantos me revelaba mi abuelo que Duiren (Tuira) era hijo de un astro apellidado Olonigiginyalele, quien, en cierta ocasión, visitó este planeta durante cuatro días seguidos ya que en este valle encontró a una joven que le hechizó el corazón. Durante las citas, Olonigiginyalele invitaba a la moza a dar vueltas cada cierto tiempo para que mirara hacia cada uno de los puntos cardinales. Cada vez que la joven se volteaba, sentía unas sacudidas fogosas y descargas eléctricas que le hacía vibrar todo su organismo y justo en ese momento ante sus ojos el horizonte se teñía de todos los colores. Cada vez que se despedía de ella, Olonigiginyalele le regalaba una semilla y una flor: Una semilla y una flor que más tarde se metamorfosearían en Duiren, y Duiren en Tuira y Darién.
2. Pasarían siglos de historia para que yo llegara a Bae. Hace 37 años emprendimos la romería al santuario con el cineasta francés Pierre Gaisseau. No nos apeamos de los Olobatemal o de los esplendorosos platillos voladores de las leyendas de los que descendían los dioses del Olimpo Dule, sino de una destartalada avioneta monomotor de esas que navegan con la lengua afuera en medio de la atmósfera procelosa de la región.
En primer lugar, llegamos a Aryal, que fue un poblado dule. Los gamberros españoles del Coloniaje que eran muy estólidos para aprender los idiomas abyayalenses o raizalmente americanos al no poder pronunciar la sencilla palabra aryal percibieron que el poblado se llamaba “El Real”, nombre con el que se le conoce en la actualidad y que viene desde los tiempos del pillaje hispano. De aquí nos fuimos en una piragua a Unión Chocó y de allí en otra a Bukuru (Pucuro), donde acampamos. Al día siguiente emprendimos la marcha. Después de casi cuatro horas de caminata llegamos a Bae, que avistada desde una loma parecía un islote. A medida que nos íbamos acercando, nos dimos cuenta que era parte de la tierra firme. Bae era una comunidad muy pequeña, de gente joven y muchos niños. Los comuneros nos hospedaron en el Onmagged Nega, La Casa del Congreso, y enseguida nos brindaron refrigerios y nos ofrecieron el almuerzo. Su gente se caracterizaba por ser amigable, querendona y tranquila. Allí tuve la suerte de platicar con una señora entrada ya en años que me dijo que de niña había visto al mozo Nele Kantule quien se había desplazado de Usdup para estudiar con los sabios. Ella todavía usaba indumentarias teñidas con los colores que sacaba de los árboles. En la noche nos reunimos con todo el pueblo. Le hicimos saber que veníamos a hacer unas tomas cinematográficas para un documental sobre la cultura dule. Al día siguiente, un grupo de jóvenes nos guió por los montes y los ríos por donde muchos siglos antes nuestros ancestros le habían dado vida a nuestra historia y fundaron nuestra cultura. De esta manera conocí los sitios sagrados. Trabajar con los baesenses fue todo un encanto, encanto difícil de olvidar. Las tomas en picadas las obtuvimos desde una avioneta del Instituto Lingüístico de Verano, piloteada por un sudafricano. Eran los tiempos en que Mandela todavía estaba en la cárcel…
El camino de regreso lo hicimos por Boca de Cupe. Pasamos la noche en casa de una colombiana llamada María Mona. Hay que tener en cuenta que los colombianos llaman “mono” o “mona” en su dialecto castellano -colombiano que corresponde al “fulo” o la “fula” del dialecto castellano-panameño o al “macho” o a la “macha” del dialecto castellano-tico de Costa Rica o “güero” o “güera” del dialecto castellano mexicano. Las historias que María Mona nos contaba eran de crímenes y de aves de carroña que sobrevolaban la región por la abundancia de cadáveres putrefactos tirados a la buena de Dios.
De ello hace 37 años. Muchas noches, en Manhattan o en París, Pierre Gaisseau y yo hablamos de volver algún día a Bae. La vida no nos brindó una segunda oportunidad y nuestro grupo se dispersó: Akiko se fue a vivir a Tokio, Kyoko se quedó en París y las cenizas de Pierre las dispersamos en la mar de Tailandia. Para mí Bae había sido un país mítico del que yo había perdido noticias hasta ahora, hasta esta maldita hora en que se aparecieron cual gamberros hispanos al mando de (V)Asco Núñez de Balboa los ramplones bandoleros y narcoparamilitares de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá—Bloque Elmar Cárdenas—(ACCU-BEC).
3. En el libro Poder Capitalista y Violencia Política en Colombia—Terrorismo de Estado y Genocidio Contra la Unión Patriótica, podemos leer: “Autodefensas Unidas de Colombia. AUC. Red paraestatal responsable de decenas de masacres contra el campesinado y numerosos crímenes contra líderes sociales, sindicales y populares de oposición política al régimen colombiano. Son lideradas por confesos narcotraficantes y militares en retiro. Las “autodefensas” entrenadas en un comienzo por mercenarios británicos e israelíes (como sus antecedentes de MAS, otro grupo paramilitar), reciben apoyo logístico y habitualmente coordinan operaciones contrainsurgentes con secciones y sectores de la Policía y el Ejercito estatal. Su funcionamiento es financiado con dineros provenientes del tráfico de droga y con aportes de terratenientes. Las AUC constituyen una última versión de redes paramilitares en Colombia, superando con creces varias experiencias de esta misma naturaleza en un país donde la violencia política, ejercida desde el poder, constituye un fenómeno corriente a lo largo del último siglo. El tamaño de los paramilitares AUC y su tranquila expansión por algunos territorios nacionales les ha facilitado, según sus voceros, representaciones parlamentarias y, por último, hicieron proselitismo armado a favor del entonces ultraderechista candidato presidencial, el liberal “independiente” Álvaro Uribe Vélez hoy presidente de la República”. A esta información también se puede añadir otros elementos. Esta banda de gamberros fue fundada en 1997, después de que las FARC secuestraran al padre de Fidel y Carlos Castaño, a quien posteriormente le cortaron la hebra de la vida. Con este acontecimiento, sus hijos juraron vengar su muerte. Desde entonces, estos salteadores se han dedicado a asesinar a cientos de guerrilleros y a todos aquellos de quienes sospechan que simpatizan con las guerrillas. A partir del año 2001, Carlos Castaño está al frente de esta facción que recibió como una herencia legada por su hermano Fidel muerto en 1994. Si para aquel entonces 300 pandilleros militaban en las filas de las Autodefensas Unidas de Colombia, (AUC), hoy cuentan con 9,000 rufianes, entre los cuales se encuentran militares de rango, traficantes de drogas y miembros desafectos a las fuerzas de seguridad, en otras palabras, quienquiera que en vez de tener en su pecho un corazón humano tenga fobia animal por querer aniquilar a los guerrilleros y a los sospechosos de colaborar con ellos milita en AUC. La clave del éxito de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) se consolida por sus vínculos con el Ejército y con las fuentes financieras de los intereses comerciales de los traficantes de drogas y de los terratenientes. Los militantes de los Derechos Humanos han dicho que ese vínculo es hoy en día más fuerte que nunca y se les ha señalado como los que comenten las peores atrocidades contra la dignidad humana.
4 ¿Por qué Bae y sus caciques sufrieron el monstruoso holocausto el 18 de enero del 2003? La respuesta fue administrada atinadamente por el reverendo Rómulo Emiliani, obispo auxiliar de la hondureña ciudad de San Pedro Sula, en el sentido de que “en la guerra colombiana los paramilitares y los guerrilleros se destruyen mutuamente o en enfrentamientos o atacando a poblaciones donde supuestamente el bando contrario ha tenido presencia…”. Supuestamente: he aquí la clave del asunto. Darién ha sido una provincia que ha servido de corredor a todo tipo de colombianos. Por allí han pasado desde gente decente hasta los merdellones de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Ello hace que las poblaciones visitadas o no por cualquiera de las bandas rivales se transformen automáticamente en el jamón del emparedado. En este caso, Bae jugó el papel de jamón en las personas de nuestros guías espirituales: los Caciques. Nosotros, los dules, respetamos a nuestros Caciques así como los católicos respetan al Papa o los musulmanes a su Imán. Sólo el cálamo de un estúpido sería capaz de escribir, para desprestigiar a nuestros caciques, que estos grupos de indígenas ( yo formo parte del tal grupo con muchísimo orgullo), sean víctimas de su ignorancia (ergo, ignoras sum) y como estas culturas se rigen con el cacique, como su jefe supremo, al que la comunidad le sigue sus instrucciones al pie de la letra; entonces, como ejemplo para el resto de la comunidad indígena, la guerrilla de cualquiera de los bandos que se sienta ofendida por el respaldo que los caciques otorguen a sus adversarios, procede a castigarlos con medidas extremas, como la ejecución. Cualquier hombre culto se sentiría ofendido si el párrafo que acabamos de leer hubiese sido redactado en estos términos: “que estos grupos de cristianos sean víctimas de su ignorancia y como estas culturas se rigen por el Papa, como su jefe supremo, al que la comunidad cristiana le sigue sus instrucciones al pie de la letra…”. Igual de inculto y ofensivo sería: “que esto grupos de musulmanes sean víctimas de su ignorancia y como estas culturas se rigen por el Imán, como su jefe supremo, al que la comunidad musulmana le sigue sus instrucciones al pie de la letra…” En el otro extremo del mundo, en Francia, el genial Claude Lévi-Strauss, el hombre que revolucionó la antropología universal, dedicó unos de los capítulos de su libro Anthropologie Structurelle al pensamiento de los caciques, particularmente al de los sabios (ABISUA en singular y ABISUARMAL en plural). De una forma aunque muy somera también le han dedicado algunas líneas al pensamiento de los caciques hombres de la inteligencia tales como el italiano Umberto Eco, el uruguayo Eduardo Galano, el nicaragüense Ernesto Cardenal, el rumano Mircea Eliade, por mencionar sólo a unos cuantos de los cientos de doctos que han experimentado el placer de estudiar una cultura, de la cual algunos panameños se expresan en forma peyorativa; sin embargo, otros al estudiarla han llegado a la conclusión que detrás de este pensamiento “tribal” hay todo un conocimiento, un arte y unos secretos humanos que apenas empiezan a descodificarse . Ellos han sabido saludar a la cultura de los caciques no con el término en castellano de “ignorantes”, sino en un sofisticado idioma y le han dicho a la cultura Dule: “chapeau”. A los nombres mencionados anteriormente hay que añadir el nombre del alemán Fritz W. Kramer quien le dedicó todo un libro al pensamiento de los caciques, libro que se conoce en inglés pero no en castellano. ¿Y qué decir de los fundadores de la Etnología Panameña: los suecos Nordenskiöld, Holmer, Wassén? Sigamos. Hace un par de años, la Universidad de Harvard y Cultural Survival, de Boston, me invitaron a dictar una conferencia. Aproveché la estancia para ir a saludar personalmente al Dr. James Howe, director y profesor de la Escuela de Antropología del Massachusetts Institute of Technology y autor de obras acerca de la cultura dule tales como 1-Village Political Organization among the San Blas Cuna; 2- The Kuna Gathering: Contemporary Village Politics in Panama; 3-A people who would not kneel, amén de innumerables artículos dispersos en diferentes revistas. Cuando la secretaria me hizo pasar a su despacho, el Dr. Howe ,al verme entrar, se levantó y enseguida me recibió con los saludos de rigor no en inglés ni en castellano, sino que lo hizo como Dios manda: en dulegaya. El Dr. James Howe se expresa en un dulegaya sin acento, original, admirable. Me presentó sus disculpas por no hablar francés. Después de la broma se echó a reír. El Dr. Howe, catedrático del afamado MIT, habla inglés, castellano y dulegaya.
Otro tiempo, otra ciudad: hay una anécdota que no puedo dejar de pasar por alto. Me encontraba estudiando en la Universidad de Bahía, en Brasil, cuando realicé un viaje a Río de Janeiro. Por esos azares de la vida, conocí a una italiana llamada Bruna Franchetto. Ella optaba por un doctorado en Lingüística sobre uno de los idiomas de Xingú en la Universidad de Río. Algo en su mirada me decía que guardaba ciertos secretos. En realidad, gracias al profesor y antropólogo Pedro Agostinho, que había sido el intermediario de nuestro encuentro, sabía mi nombre y mi nacionalidad: Dule. Pero mayor sorpresa me llevé cuando me dijo que había leído algunos de mis poemas. A todo ello agregó que había conocido a un lingüista estadounidense de la Universidad de Texas, llamado Joel Scherzer. “Es mi amigo”, le dije. Ella me contó que la universidad donde estudiaba tenía la buena costumbre de invitar a profesores extranjeros por un semestre. De esta manera llegó a la UniRio el Dr. Scherzer, señor de varias gramáticas. Me dijo la magíster Franchetto que cuando el estadounidense explicaba las lecciones y daba ejemplos sobre las reglas de las gramáticas recurría al uso del idioma Dule o Dulegaya en lugar de apoyarse en la lengua inglesa o en la portuguesa. El Dr. Scherzer habla un dulegaya fluido como Dina, su esposa, o el Dr. Howe. Cuando él me manda un e-mail lo hace en dulegaya. Cuando hablamos, nuestra lingua franca es el francés. El Dr. Scherzer es autor de Kuna ways of Speaking y del Verbal Art in San Blas: Kuna Culture through its Discourse y es una autoridad en el pensamiento de los caciques. ¿Con talentos como ellos que estudian los pensamientos de los caciques, se puede tildar de ignorantes a los caciques? ¿Será que todas estas personalidades estadounidenses están locas o sencillamente son unos autistas?
5. He aquí los nombres y las causas de las muertes de los Mártires de la Frontera, a quienes las ACCU-BEC asesinaron con crueldad hispánica en Bae (Paya):
Ernesto Ayala: cacique principal de Bae. Sus costillas estaban fracturadas y presentaba contusiones en diversas partes del cuerpo y una herida cortante en el abdomen. Tenía un impacto de bala en la boca, que le salió por el lado derecho de la cabeza.
San Pascual Ayala: segundo cacique. Su costado derecho presentaba varias heridas de armas blancas. Fue decapitado y privado de uno de sus brazos. Hasta el día de hoy no se ha encontrado su cabeza.
Luis Ernesto Martínez: comisario del cacique de Bae. Tenía el cráneo completamente destrozado como producto de varios golpes violentos dados con un objeto pesado. También pudo ser que hubiera recibido un disparo de arma de fuego de grueso calibre.
Gilberto Vásquez: cacique de Bukuru. Fue acribillado a tiros.
Daniel Gutiérrez: Muerto en una emboscada.
Casildo Ayala: Superviviente. Había salido de Bukuru para Bae cuando fue interceptado por los narcoparamilitares terroristas de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá —Bloque Elmar Cárdenas — (ACCU-BEC), que estaban con los caciques en el bosque. Los ilegales, al verlo, lo aprisionaron y lo maltrataron hasta que él se hizo el muerto. Cuando los bandidos de las ACCU-BEC creyeron que Casildo Ayala había fallecido lo dejaron en paz. Se le hirió en el abdomen y en el cuello. Las heridas fueron hechas con bayonetas.
Resumiendo, en esta incursión a las tierras dules de Panamá, los ilegales narcoparamilitares terroristas colombianos de la ACCU-BEC mataron a sangre fría a cuatro de nuestros guías espirituales, quemaron viviendas, asaltaron la cooperativa del pueblo, mataron animales domésticos, robaron las escopetas que los dules utilizan para cazar animales salvajes, mintieron a la presidenta de Panamá al enviarle una carta en la que le dijeron que ellos, las ACCU-BEC , no habían violado la soberanía de Panamá y que no habían asesinado a nadie e inculparon de los hechos cobardes perpetrados contra Bae a las FARC, sin embargo, habían secuestrado a 18 colombo-dules de Arquía y a tres estadounidenses. De estos últimos se habló mucho en USA por los canales de televisión tanto de expresión inglesa como castellana, pero en ninguna de ellas se mencionó el magnicidio de Bae o sea de la matanza de los “indios” a manos de los narcoparamilitares de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá —Bloque Elmar Cárdenas— (ACCU-BEC).
6. Después de los magnicidios y el secuestro perpetrados por los malhechores narcoparamilitares terroristas de las ACCU-BEC, el entonces presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, dijo con la diplomacia cínica que le caracteriza: “la guerrilla hace turismo en Panamá, pero en el futuro podría cometer actos terroristas”. Le pregunto, Señor Presidente: ¿es usted abobado o se hace? A todo ello la respuesta igualmente sucia de la ACCU-BEC no se hizo esperar. El comandante José Alfredo Berrío-Alemán, del bloque Elmer Cárdenas, negó que su banda hubiera cometidos los magnicidios y hubiera secuestrado a los raizales de Arquía y que nunca había violado la soberanía panameña y que lo único que había hecho era cargar a los tres estadounidenses para ponerlos a salvo y que toda las desgracias de Bae y de los “indios” eran productos de las actividades de las FARC.
Sin embargo, el señor Víctor Alcázar, que servía de guía de los estadounidenses, señala de la infamia a los narcoparamilitares terroristas de las ACCU-BEC. Dice el darienita que ellos, (tres extranjeros, tres dules y él) se encontraban acampados a la orilla de un río a unos kilómetros de Bae cuando fueron interceptados por una docena de narcoparamilitares terroristas colombianos. La manada se comunicó enseguida con su comandante. Al rato llegaron 60 narcoparamilitares más. Sigue diciendo el señor Alcázar que unos 10 bandidos del mentado grupo se quedaron con los norteamericanos, y el resto, con Alcázar a la cabeza, se dirigió a Bae, donde sembró el terror y causó los magnicidios. A todo ello, tanto Castaño (AUC) como José Alfredo Berrío-Alemán (ACCU-BEC) acusan a las FARC de los macabros hechos que ellos mismos ocasionaron. Argumentan los cabecillas de los narcoparamilitares terroristas que su hato se encontraba en patrullaje no ofensivo y que halló en confusos hechos a unos ciudadanos extranjeros en el Urabá chocoano y que para salvarles la vida se los llevó a Colombia. A pesar de este argumento, no aluden a la presencia de Alcázar. Es como si los tres estadounidenses hubiesen estado perdidos solos en los montes o en el río de la región. Por otra parte, lógicamente no se explica cómo es que Alcázar habiendo sido secuestrado por un grupo de las ACCU-BEC, llega a Bae dirigiendo a un grupo de las ¿FARC? En ningún momento se reporta una escaramuza entre las ACCU-BEC y las FARC que nos señale que fue en ese momento de la zalagarda en que Alcázar se liberó de las garras de las ACCU-BEC y pasó a manos de las FARC. Lo cierto es que Alcázar llegó a Bae a la cabeza de un grupo de las ACCU-BEC a ocasionar el más macabro de los magnicidios, y la otra fracción regresó con los yanquis a Colombia. Los narcoparamilitares terroristas queriendo confundir a los demás se confunden con y en sus propias patrañas.
7. Es extremadamente corto de mollera quien asevere que Colombia contó con el presidente más enérgico y decido a terminar con las actividades de los facinerosos, cuando sabemos a ciencia cierta que existe una complicidad entre las AUC y el señor Álvaro Uribe Vélez, como destaca el libro arriba citado. Por su parte, Carlos Castaño, —CACA—, para sus allegados, estuvo desarrollando trabajos políticos y propagandísticos a fin de asegurar una amnistía para sus narcoparamilitares-terroristas. Un Decreto firmado por el expresidente colombiano en diciembre del 2002 procura indultar a los paramilitares. Ante esta propuesta de indulto, hombres inteligentes y de valía, como los diputados liberales Rodrigo Rivera y Fernando Velasco, con una lucidez diurna admirable, señalaron que los narcoparamilitares terroristas no estaban luchando contra el Estado, por lo tanto, calificaron sus hechos de crímenes. Un texto titulado Constitución de Las Autodefensas Unidas de Colombia, emitido en Urabá el 18 de abril de 1997 en su punto No 3 apunta: “Definir las Autodefensas Unidas de Colombia como un Movimiento Político-Militar de carácter antisubversivo en ejercicio del uso del derecho a la legítima defensa, que reclama transformaciones del Estado, pero no atenta contra él”. El texto está rubricado por Carlos Castaño, César Marín, Santander Losada y José Alfredo Berrío, entre otros. Este último fue el que envió la carta a la Presidenta Moscoso en la que negaba que hubiesen sido los hombres de su enjambre los autores del magnicidio de Bae, según se publicó en los diarios locales el sábado 25 de enero. La Constitución de Las Autodefensas Unidas de Colombia lleva igualmente las firmas de Botalón, César Salazar, Ramón Isaza, Teniente González, Humberto Castro y Ulises Mendoza.
Por otra parte, dice Fabio Castillo en su libro Los Jinetes de la Cocaína que el padre de Álvaro Uribe Vélez, el señor Alberto Uribe Sierra, era un conocido narcotraficante que una vez fue arrestado para ser extraditado, pero que Jesús Aristizábal Guevara, entonces Secretario de Gobierno de la ciudad de Medellín, lo puso en libertad. Al igual que el padre de los Castaño, el señor Uribe Sierra también murió a manos de la guerrilla por sus actividades contrainsurgentes.
Por ganarse el indulto, los narcoparamilitares terroristas se sentaron en la mesa de las negociaciones en la que participó Julio Cesar Vidal, obispo de Montería, quien declaró que el proceso de indulto para los narcoparamilitares-terroristas “va muy bien”; pero la fijación del señor Álvaro Uribe Vélez eran (son) las FARC, y para eliminarlas contaba con el apoyo de Venezuela y de Brasil. Tal como están las cosas, la Nación Dule va a tener que contar con los servicios de un nuevo Simón Wiesenthal para ubicar a los matones del ACCU-BEC, en vista de que el gobierno panameño dijo claramente por medio de su excanciller Harmodio Arias que “las autodefensas o guerrilleros que atacaron (a Bae y a Bukuru) están al margen de la ley y nosotros (Panamá) tenemos buenas relaciones con Colombia”. He aquí, pues, respuesta oficial a la Denuncia Criminal interpuesta por los caciques y autoridades indígenas ante la Procuraría General de la Nación el 22 de enero de 2003, una denuncia por los delitos de terrorismo, homicidio, secuestro, incendiarismo, robo, asociación ilícita para delinquir en perjuicio de las comunidades y autoridades indígenas y pueblo en general de Pucuro y Paya. En otras palabras, el gobierno panameño nada iba a hacer contra los bandoleros del ACCU-BEC. Pero la cacería de Tirofijo sí era un hecho. Se le rastró por Venezuela. El General José Quintero, del Ejercito venezolano, dijo que Marulanda era rastreado en la frontera colombo-venezolana, mientras los desalmados de las ACCU-BEC se sentaban con el obispo de Montería y con los representantes del presidente a tirar sus cartas.
8. Algunos se cultivan para ser sabios y eruditos; otros labran su itinerario de zopencos. Éstos, movidos por su estulticia y a su vez por su mauvais foi, como famélicos chacales y vulpejas, se han lanzado con sus misérrimas y malévolas teorías, afirmando sandeces y culpando a los propios raizales por el magnicidio de Bae, hecho brutal perpetrado por los gamberros de las ACCU-BEC, sin tomar en cuenta que los ilegales colombianos hubieran actuado tal como actuaron contra cualquier grupo humano panameño que hubiese estado allí el 18 de enero a la 1:00 P.M., fuese negro o ladino, sólo que en dicha ocasión le tocó la mala hora a los raizales estar presentes para poner los muertos, que son los mártires de nuestra frontera con Colombia.
El primer tarugo que me viene a la mente es el señor Jorge Rubén Rosas, quien, cada vez que puede emitir su juicio contra los raizales, lo hace en un dialecto bárbaro (bárbaro, en el sentido castellano del vocablo y no tal como lo entendían los helenos) y en términos de que queremos fundar un “Estado dentro de otro Estado”. Es preciso subrayar que en el jamás de los jamases se refirió al Canal Zone ni al Vaticano bajo este concepto. Otro lexema de su dialecto grosero es lo del “macro comarcas”. Todo ello indica que el señor Jorge Rubén Rosas nunca asistió ni a una clase de Cívica, ni a una de Gobierno y mucho menos a una de Ciencias Políticas. No todo queda allí, porque los cabezones tienen también sus relevos. Por allí apareció doña Haydée Milanés de Lay, quien para tratar de convencer a los otarios más otarios de que en esos momentos Darién corría el riesgo de desaparecer del mapa, argumentaba de una forma cínica y paranoica que ese peligro provenía de las Comarcas, los hogares de los panameños originarios, de las violencias desatadas por las guerrillas y de los narcoparamilitares-terroristas colombianos. Esta tríada: panameños raizales, guerrilleros y narcoparamilitares colombianos se habían unido para terminar con la existencia del Darién, según las pavadas de la exparlamentaria. Tan pueril es su argumento que automáticamente se entiende que los “muchachos” de la película darienita son los negros y los colonos ladinos oriundos del interior. Su postulado y apostolado está en negarles a los panameños aurorales la oportunidad al desarrollo que les fue cercenada durante los trescientos años del pillaje hispano. La “filosofía” de la señora Lay se fundamenta en su desconocimiento total de las más elementales realidades sociales y culturales de nuestro país que es multiétnico, pluricultural y multilingüe. Aprovechando las enseñanzas de los fundadores del Collège de Sociologie (Bataille, Caillois y Leiris), podemos decir que toda sociedad humana debe girar alrededor de un núcleo que se responsabilice por dar vida y sentido a todo el conjunto social a fin de que pueda alcanzar el desarrollo anhelado. Con esto no es con lo que está cooperando precisamente doña Haydée Milanés de Lay, por ello es ella misma la que está poniendo en peligro mortal la existencia de la provincia del Darién y en sintonía con los narcoparamilitares de las ACCU-BEC cuando “tira la piedra y esconde la mano”.
A las presumidas mentiras del señor Jorge Rubén Rosas y de la señora Haydée Milanés de Lay podemos contraponer la agilidad mental del estadounidense Chomsky, quien habla de “la población en estado de pánico”, que es un estadio en que la propaganda de la mentira funciona. El maestro lo ejemplariza con el caso de la invasión a Granada, desde donde, supuestamente, los rusos iban a bombardear a USA. Para otro ejemplo recurre al caso de Nicaragua, que está a “dos días de marcha de Texas”. Los asesinos libios y narcoterroristas castellanohablantes recorrerían las calles de Washington para matar a “nuestro” líder. “Le mensonge n’est jamais innocent”, dijo Camus.
Desde que empecé a ser militante de los Derechos Indígenas, nuestros adversarios que eran ladinos ladinos (uso este término como sustantivo y adjetivo) comenzaron a gruñir y a señalarnos que estábamos siendo aupados por los comunistas, que Fidel, que el Che… hasta que llegó el tavarich Gorbachov y bajó el telón. Nuestras luchas continuaron y continúan y continuarán. Ahora dicen los ladinos ladinos (sustantivo y adjetivo) que estamos siendo aupados por la Iglesia Católica. En otras palabras, para el ladino ladino (sustantivo y adjetivo) nosotros los autóctonos no “tenemos” la capacidad ni de sentir ni de pensar. ¡Qué forma más imbécil de “pensar”! En este sentido fue revelador la actitud del exministro de Gobierno y Justicia, Arnulfo Escalona, de cara al sacerdote José Alain a quien le advirtió que “deje de aupar a los indígenas”, en lo referente a las luchas en las que se oponen al proyecto hidroeléctrico de Tabasará. A propósito, recuerdo una anécdota de mis años de adolescencia pasados en el colegio clerical donde estudié. En cierta ocasión caí enfermo de varicela. Mientras duró mi dolencia, estuve separado del grupo de internos en un recinto solitario hasta que se me dio de alta. De tiempo en tiempo, venía a verme el padre prefecto, que era también mi profesor de latín, ya fuera para hacerme compañía o ya para a rezar conmigo o para nutrirme de materiales de lectura. Un día me trajo un libro que a simple vista daba la impresión de que había sido retirado de la Biblioteca de Babel, cuyo autor era un tal Qaphqa. Resumo lo que recuerdo del tomo: Una vez, una población mató en la cruz a un profeta llamado Ecce Homo. Dos actantes llamados José Alain y Arnulfo Escalona se acercaron al profeta que estaba agonizando. Cuando el profeta los vio, habló primero en latín y dijo: “Alain, Alain, regnum caelorum
vim patitur et violenti rapiunt illud…”que significa “Alain, Alain, el reino de los cielos padece de violencias y sólo los revolucionarios podrán alcanzarlo”. Después, miró al llamado Arnulfo Escalona y le dijo: “Arnulfito arnulfista, malaventurados los que aplauden las injusticias, porque ellos serán quemados en las pailas de los infiernos, eternamente y a fuego lento”. Varias veces he estado en la Biblioteca de París y en la Biblioteca del Congreso… (en la Biblioteca del Congreso General Kuna), pero vanos han sido mis esfuerzos porque no he podido encontrar otro ejemplar de la misma obra.
Mientras los caballos de las injusticias sigan cabalgando sobre nuestros lomos, las luchas indígenas van a continuar de pie en la resistencia, a pesar de que nuestros adversarios sigan diciendo mecánicamente que detrás de nuestros movimientos están los comunistas o la iglesia. En 1926, un tal Mateo F. Araúz escribió en Nueva York un opúsculo titulado El problema Indígena en Panamá, cuyo texto comienza así: “Todos los autores convienen en que los indios son comunistas por naturaleza”. (p. 1). Por mi parte, yo puedo decir que los buenos curas que me limpiaron el pecado original con el agua bautismal, que me dieron la Confirmación y la Primera Comunión y posteriormente fueron mis profesores durante mis años de Bachillerato en el colegio clerical de Mercedes de Heredia, de Costa Rica, ellos, los buenos curas, me enseñaron que todos somos hijos de Dios y que el buen Jesús derramó su sangre para redimirnos del pecado. Eso me enseñaron los buenos curas. Históricamente tanto el Cristianismo como el Comunismo y los Movimientos Indígenas tienen elementos comunes: persecuciones, calumnias y mártires. Para nuestro consuelo leemos en San Mateo: “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos”.
9. La administración panameña es semejante a los equipos que pierden en su propia cancha y ante sus mismos seguidores. Todos los regentes se pasan el balón de la culpa del magnicidio de Bae los unos a los otros: el licenciado Endara culpa del holocausto de Bae a la Presidenta Mosco; Tomás Caicedo, el representante de Bukuru, a todo el gobierno; el HL. Salas al Dr. Pérez Balladares; el CEN del PRD al gobierno; el señor Víctor Alcázar a los policías; los narcoparamilitares de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá –Bloque Elmer Cárdenas (ACCU-BEC) a los guerrilleros de las FARC… Según las palabras de mi suegra, doña Nelly, todos se lavan las manos como PONCHO-Pilatos.
10. Un carrobomba cargado con 200 kilos de dinamita fue accionado en el parqueadero del Exclusivo Club Nogal, de Bogotá el viernes 7 de febrero de 2003, a las ocho de la noche. Murieron 35 personas y hubo casi 200 heridos. El entonces Presidente Álvaro Uribe Vélez enseguida responsabilizó a las FARC y ofreció una recompensa de 500 millones de pesos colombianos a quien diera información que permitiera la captura del autor o los autores materiales e intelectuales de la acción violenta. ¿Cómo así? Acaso ya no sabía que eran las FARC. Después de este episodio, en Panamá se reunieron plañideramente los presidentes de Centro América para llorar por las personas del exclusivo Club Nogales que habían estirado las patas. El flamante texto de La Declaración de Panamá me recuerda lo que en cierta ocasión dijera Dalí cuando se le preguntó que qué opinaba sobre un accidente de tren. Dijo el maestro que le apenaba la muerte de la gente que iba en primera clase. Supuestamente la reunión había sido convocada por doña Mireya Moscoso, y se había realizado en nuestra capital para tomar medidas de cara a las Autodefensas Unidas de Colombia (ACU), uno de cuyos brazos, los narcoparamilitares-terroristas de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá—Bloque Elmer Cárdenas— (ACCU-BEC) el 18 de enero había violado nuestra soberanía, había sembrado el terror e hispanamente había matado a los cuatro caciques de Bae. El mundo entero sabía de buena tinta que por razones obvias el gobierno colombiano en un solo parpadear le echaría la culpa a las FARC y que las ACU no tendría presencia en esta “hora del recuento de los daños”. Respecto a la reunión de Panamá, más claro no pudo hablar la excanciller Carolina Barco, de Colombia, cuando le dijo a la Radio FM de Caracol: “El balance es supremamente positivo. La reunión de ayer con todos los países centroamericanos convocados por la presidenta (panameña) Mireya Moscoso fue un acto de solidaridad de apoyo y de rechazo al terrorismo”… “Exactamente ellos— las FARC— ya quedan calificados como terroristas, entonces se vuelven personas no aceptables y no gratas”. ¿Y qué pasó con los merdellones de los narcoparamilitares de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá –Bloque Elmar Cárdenas – (ACU-BEC), que cometieron el magnicidio de Bae? Con toda justicia el periódico Liberación de Suecia manifestó que “Países amigos podrían ser idiotas útiles del gobierno de Uribe Vélez”. ¡Y vaya si lo son! Por su parte, la Doctora Nina Pacari, la excanciller de Ecuador, encarnación de la frase martiana “la inteligencia americana es un penacho indígena”, dijo, a nombre del pueblo ecuatoriano, que su país descarta declarar como organización terrorista a las a FARC, porque quiere preservar su rol de facilitador. El papelón que realizó el Aristóteles de Macondo fue mejor todavía para acusar a las FARC, al recurrir a un silogismo-adivinanza, dijo: “Blanco es, gallina lo pone y frito se come”. Palabras del ex-vicepresidente de Colombia, don Francisco Santos Calderón, hoy presidente.
11. Esta invasión inhumana a Bae y Bukuru llevada a cabo por los narcoparamilitares-terroristas de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá -Bloque Elmar Cárdenas- (ACCU-BEC) es una política trazada para el exterminio de los panameños autóctonos de la frontera. Así lo denunció la Agencia de Noticias Nueva Colombia y con estas palabras: El exterminio de los indígenas Kuna es parte del proyecto de contrarreforma agraria comenzado por el Gral. Rito Alejo, Santo de la devoción del hoy alto gobierno. Resumo a trancazos lo que dice el periodista: la historia comienza en 1997, cuando el general Rito Alejo del Río desplegó la Operación Génesis, justamente sobre las regiones que atravesará la Carretera Panamericana. Una mañana, las fuerzas militares bombardearon y ametrallaron el pueblito de Bijao desde sus aviones. El pueblo desapareció. Estas fuerzas militares estaban financiadas por los ganaderos de Córdoba y Antioquia. La gente de Bijao abandonó sus terrenos. El fin de este proyecto es desalojar a los campesinos de sus terrenos, despojarlos de sus tierras y apropiarse de los resguardos indígenas (Comarcas). Después del éxodo de los campesinos (negros, ladinos y raizales), los ganaderos, los madereros y las empresas bananeras se apropiaron de las tierras abandonadas para levantar grandes haciendas, aprovecharse de la valorización de la propiedad, en miras a la destrucción del Tapón de Darién y el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas.
Ya fuimos vulnerados por la frontera con Colombia a manos de los narcoparamilitares terroristas de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá—Bloque Elmer Cárdenas — (ACCU-BEC), no sería raro que ahora nuestro propio gobierno plañidero nos derribara la puerta de Kuna Yala por Santa Isabel. ¡Ojo al Cristo que es de plata!
N.B: El diario La Prensa, de la ciudad de Panamá, publicó el 9 de septiembre de 2011 la siguiente noticia.
EXPARAMILITAR APUNTA EL DEDO HACIA URIBE
Esta es tal vez la primera acusación directa que contra Uribe hace un antiguo jefe paramilitar.
El congresista Iván Cepeda, del izquierdista partido Polo Democrático Alternativo, exhibió ante los reporteros una denuncia del paramilitar desmovilizado Pablo Hernán Sierra, alias Alberto Guerrero, que acusó al expresidente Álvaro Uribe de tener vínculos con esas bandas de ultraderecha. Según Sierra, hacia 1996 se organizó un grupo paramilitar en una finca de propiedad de la familia de Uribe, para ese entonces gobernador del departamento de Antioquia (1995-1997).
Cepeda explicó que recogió el testimonio de Sierra el 19 de agosto en una cárcel cerca de la ciudad de Medellín en una de las visitas que acostumbra realizar a los penales para adelantar tareas de control político.
Enterado de la acusación en su contra, Uribe respondió a través de su cuenta de Twitter: “Iván Cepeda desesperado busca más calumnias, estará aliado con extraditados? Se le puede decir algo diferente a Sicario Moral?”.
Según Alberto Guerrero, los hechos que comprometen a Uribe ocurrieron en la finca “Guacharacas”, en el municipio de San Roque, departamento de Antioquia, 230 kms al noroeste de la capital colombiana.
El ex jefe paramilitar explica en el video que el surgimiento del grupo paramilitar se produjo “entre otras razones por los hostigamientos que contra la hacienda ´Guacharacas´ y las propiedades de los señores Uribe Vélez ejercía un grupo de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional”, indicó el representante Cepeda.
Guerrero, que está condenado por el homicidio de un líder indígena y que según dijo busca con sus señalamientos obtener beneficios de la justicia, no dice en el video haber hablado con Uribe ni haberlo visto dando órdenes para paramilitares.
Cepeda advirtió que en la jornada había hecho entrega del video con el testimonio del exparamilitar a la fiscal general, Viviane Morales, para que adelante la investigación pertinente.
“Ya es hora que en el país se aborde la investigación del expresidente Álvaro Uribe por la presunta conformación de grupos paramilitares y por las acciones criminales que esos grupos cometieron en Antioquia y en muchos otros lugares del país”, expresó Cepeda.
Por: Arysteides Turpana Igwaigliginya
Last modified: 24/01/2019