El presidente de EEUU, Donald Trump, está terminando una gira por Asia que incluye cinco países claves en el futuro de Panamá. Su visita a China tuvo la particularidad de reunir a los dos gobernantes más poderosos del mundo. Además, se reunieron los dos usuarios más importantes del Canal. Entre ambas potencias económicas, representan más del 80 por ciento de todo el tráfico marítimo de la vía acuática. Además, Trump visitó a Japón y Corea del Sur los usuarios más importantes después de los antes mencionados.
El presidente Varela debió aprovechar la oportunidad para sumarse a la gira de Trump. Quizás la agenda habría tenido otro tono, pero se discutirían los mismos problemas. Al igual que Trump, Varela tendría que poner sobre la mesa dos asuntos íntimamente relacionados. En primer lugar, hay que preguntar si ¿las políticas recién aprobadas por el Congreso del Partido Comunista chino afectarán el comercio exterior del gigante y, de paso, los tránsitos por el Canal de Panamá? Segundo, China aparentemente decidió darle otro impulso a la llamada ‘Ruta de la Seda’. Tiene a la vista Asia central y Europa, pero Pekín también privilegiará a América latina.
Trump tiene una agenda dual en su gira. Por un lado, tiene que recordarle a los países de Asia oriental que geopolíticamente Washington tiene las intenciones de continuar siendo la misma potencia que dominó la región en la segunda mitad del siglo XX. En este tablero, juega un papel clave el conflicto que EEUU mantiene vivo con Corea del Norte. Por otro lado, el presidente norteamericano pretende resolver problemas relacionados con el déficit económico que mantiene su comercio especialmente con China. Trump insistirá ante el presidente Xi que China coopere con su política de generar más empleos industriales en EEUU.
En el caso de Panamá, todo indica que los chinos tienen tres objetivos. El primero se refiere al Canal de Panamá y la necesidad de mantenerlo al servicio de su política global: comercio mundial. El segundo tiene relación con las inversiones que planea realizar en Panamá a corto plazo: Transporte terrestre, agroindustria y turismo. El tercero y último es quizás el más audaz por parte de los chinos: Convertir a Panamá en su centro de operaciones para consolidar nexos comerciales y económicos con toda la región latinoamericana.
Los chinos tienen planes para el futuro inmediato y también a largo plazo. Trump se movió rápidamente y su gira el por el Lejano Oriente es prueba de ello. Existe temor en EEUU que China – que se liberó de la dominación occidental en 1949 – pueda dar un salto cualitativo/tecnológico – económico y militar – en el siglo XXI. China tiene, en la actualidad, un potencial económico igual al de EEUU y su capacidad financiera será igual o mayor a la de Washington en pocos años. Sus especialistas dicen que en algún momento en el siglo XXI tendrán el mismo poder militar. A veces se pasa por alto el enorme poder cultural de EEUU y como su ‘máquina propagandística’ se impuso a toda resistencia en el mundo entero. Podrá China equipararse a EEUU en el campo de los medios de comunicación, redes sociales, Hollywood, música y otras áreas que domina Washington. ¿Estarán pensando los chinos en ese reto para el siglo XXI o quizás lo postergarán para el siglo XXII? No dan muestras de tener prisa.
Antes de cumplir un año en la Casa Blanca, Trump se trasladó a China. En el caso de Panamá, hay que poner un equipo a trabajar en lo que se refiere a las relaciones con China a corto plazo y, también, con ‘luces largas’. El ‘equipo’ no puede ser partidista y menos de quienes pretenden sacar ganancias con una política basada en la ‘chequera’ o algo parecido. Panamá tiene que proponer un plan de inversiones para el próximo decenio en torno al Canal de Panamá. Además, tiene que identificar sus prioridades en torno al desarrollo nacional (hasta 2040) y lo que implica en términos de inversiones en vías de transporte y agroindustria. Por último, Panamá tiene que plantearse – a largo plazo (2060) – una estrategia para convertirse en un centro de operaciones regional (con proyecciones globales) tanto marítimas como aéreas y, eventualmente, terrestre.
Trump se nos adelantó. Tiene mucha más gente trabajando sobre el asunto en su gobierno. Panamá tiene que ponerse a trabajar para evitar que China tome posesión del Istmo sin darnos cuenta.
9 de noviembre de 2017
– Marco A. Gandásegui, hijo, profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e investigador asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos Justo Arosemena (CELA)
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Last modified: 11/11/2017