No cabe duda, que la administración de justicia ambiental en Panamá, carece de toda instrumentación, desde la comprensión de la génesis, su trayecto y posibles cambios ante los retos globales. Máxime cuando son evidentes los hechos, como ha sido la corrupción generada por el extractivismo minero, caso que podemos visualizar en la concesión Petaquilla Gold, a cargo del empresario Richard Fifer. Cuestión que ha estado marcada por una serie de demandas legales e irregularidades que el Estado no asumió. Así como el pésimo rendimiento en el manejo de la agricultura nacional en un informe realizado por la Universidad de Columbia y Yale.
Sin enfatizar en lo negativo, esta realidad es parte de un arrastre institucional que ha sido heredado desde gobiernos neoliberales al servicio del capital y libre comercio. Y en el marco de la crisis global que sufre nuestra Madre Tierra, exigimos cambios profundos desde la educación y administración de la cuestión ambiental en Panamá.
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Last modified: 07/04/2016