Perspectiva socioambiental del mes / Análisis de coyuntura
Panamá, una país con una virtud rica en biodiversidad, que su contraste notorio lo vemos en la carente visión en la gestión de los bienes comunes. Mensualmente el registro de causas y efectos sobre el supuesto manejo gubernamental del ambiente, esta plagado de lagunas o vacías metodologías que conlleven a una relación ciudadano-ambiente-políticas públicas para un beneficio común sin la degradación ecológica.
Y en esta radiografía, percibimos como ejemplo nulas obligaciones para las empresas de toda índole, que eviten dentro del espíritu “deber de cuidado” contaminación, destrucción y muerte de los espacios y habitad de especies. Nuevamente una contaminación que se desconoce sus causas, un efecto negativo que se desconoce las afectaciones, y se desconoce responsables que cumplan con las reparaciones y sanciones en Isla Taboga.
Y de aquel sentido de la supuesta nueva forma de gobernabilidad ambiental, se desprende los andamiajes cuecos de normas que adelantaron su sentido, pero que no recaen sobre la sostenibilidad presupuestaria como es el caso de la laguna Matusagaratí, que no cuenta con la instrumentación para su protección.
Por ende, una llamado a los representantes del gobierno actual, es dejar de vanagloriarse con los supuestos alcances logrados para la cuestión ambiental del país, en los podio internacionales cuando la casa internamente esta sin un orden.
Por ende, los ciudadanos, y organizaciones civiles, expresan más su denuncias por el show verde de que se mejoran las relaciones sociedad – ambiente. Existe una crisis que no se puede soslayar, y que recae en vital bienes como la violación a la seguridad alimentaria, el nulo derecho humano al agua, respeto a los espacios públicos y turísticos que están siendo amenazados por los intereses de un sector acaparador de capitales que se encubren bajo el manto del desarrollo y auspicio gubernamental.
Descargue aquí: OBSOAP # 19. Junio 2017
Last modified: 13/07/2017