Cincuenta años después de la muerte de Martin Luther King Jr, miles de personas se reunieron hoy frente al balcón del hotel Lorraine de Memphis en el que fue asesinado, y también a lo largo y ancho de Estados Unidos, para celebrar su vida, su legado, y recordar que su “sueño” aun está por cumplir.
Las pancartas con el lema “Soy un hombre”, que acuñó el líder de los derechos civiles durante la huelga de basureros que él apoyó poco antes de su magnicidio, vistieron la ceremonia de homenaje a King, repleta de líderes negros, religiosos y activistas.
Medio siglo después, y por primera vez juntos de nuevo, el reverendo Jesse Jackson y el exembajador Andrew Young subieron a ese balcón en el que vieron agonizar a sus pies a King, los únicos líderes vivos que quedan de aquel grupo que cambió la historia de los derechos civiles de Estados Unidos.
“Una crucifixión sucedió aquí”, dijo el reverendo, comparando la figura de Jesús con el “mártir” en que se convirtió el doctor King.
“Si Atlanta fuera su Belén, si (la iglesia) Mason Temple fuera su Getsemaní, este era su Calvario. Pero a la vuelta de la esquina está la resurrección. Y está vivo!”, aseguró ante los vítores de los asistentes.
Jackson reconoció las luces de la esperanza respecto a las injusticias actuales, y consideró que el espíritu de Luther King “vive” en algunos de ellos, como el reciente movimiento estudiantil para el control de armas
“Never Again” (Nunca Más), nacido tras el tiroteo de una escuela secundaria en Florida.
“Cuando esos chicos marchan para prohibir los fusiles de asalto y las armas…él está vivo”, aseguró.
Pero Jackson reiteró que no es suficiente admirar su figura, e insistió en que aquellos que valoran la justicia y la igualdad “deben” tener la voluntad y el coraje de seguir su ejemplo y “luchar por las cosas por las que él
luchó”.
“Aquella noche -aseveró- decidimos que una bala no iba a matar a todo un movimiento”.
Muchos de los asistentes se congregaron antes de la ceremonia frente a la sede de la Federación Estadounidense de Empleados Estatales, Municipales y Locales en la calle Beale, donde 50 años atrás los empleados de recogida de basuras reclamaban un salario digno.
Algunos de ellos estuvieron allí 50 años antes y decidieron marchar unos kilómetros hoy en homenaje King para recordar que se jugó la vida por ellos y que les hizo estar “orgullosos” de quienes eran pese a su pobreza.
Otros, como Ron Forseth, líder religioso y activista de la organización Pearson, que trabaja por la integración racial, recorrió 80 kilómetros junto a un grupo de jóvenes amparados por su programa con la vocación de llegar Memphis y alzar la voz por King.
Forseth explicó a Efe que comenzaron su marcha el pasado sábado, y que su principal objetivo es contribuir al “sueño” de Martin Luther King Jr.
“Estamos aquí para pelear por la reconciliación racial, por la justicia social, la justicia económica y por la paz”, aseguró.
Fuente: EFE / www.cubadebate.cu
Last modified: 06/04/2018