En la India, Nepal y Bangladesh han muerto más de mil personas en los últimos dos años, consecuencia de los monzones (huracanes) que han azotado la región. Se calcula que por el mismo motivo cuarenta millones de personas se han visto afectadas, donde la gran mayoría ha tenido que migrar de forma forzada convirtiéndose en refugiados ambientales.
En Estados Unidos, el Huracán Harvey puso en jaque el sureste de ese país, donde más de treinta personas han perdido la vida y miles se quedaron sin hogar. La única diferencia de lo que ocurre en India, Nepal, Bangladesh y otros países es la cobertura mediática global, por lo que pocas personas ignoraron la gravedad de este desastre. De igual forma la prensa ha puesto en alerta de la llegada del Huracán Irma al Estado de Florida, un huracán mucho más fuerte que Harvey y que puede hacer más daño. Especialistas mencionan que es posiblemente el fenómeno de este tipo más poderoso de los últimos veinte años.
El Huracán Irma en su paso por el Caribe va dejando un daño incalculable; tan solo en Antigua y Barbuda, este huracán ha dejado a más del sesenta por ciento de la superficie está bajo el agua; así como el noventa y cinco por ciento de sus edificios se han perdido, incluidos sus hoteles cercanos a las costas. Esta es el panorama general en este momento de todas las islas del Caribe por donde Irma ha pasado.
Al momento de escribir estas líneas se dirige a Republica Dominicana y Haití; llegando a Cuba y Florida este jueves por la noche o viernes por la madrugada. No se proyecta que su intensidad de categoría cinco, con vientos de hasta 300 kilómetros por hora vaya a disminuir. Los costos de los daños aún son incalculables; así como las posibles reparaciones que se necesitaran para poner en marcha de nuevo a estos países del Sur Global, los cuales ya tienen una deuda ecológica y social bastante grande.
Para Estados Unidos el panorama es aún más complicado pues en menos de un mes golpearán en sus costas dos huracanas de categoría superior a cuatro. El impacto económico es similar o mayor al impacto socio-ambiental que se vive en estos momentos y del cual se necesitarán planes a largo plazo para salir avante. Situación harto complicada si tomamos en cuenta al actual gobierno federal y sus políticas.
Ante los medios de comunicación vuelve aparecer el mismo culpable de los últimos años: el cambio climático. Así, a secas, esa es la causa de que los huracanes hayan aumentado en su intensidad, fuerza y número. Sin embargo, la perspectiva que le dan es como si el cambio climático estuviera desasociado de nuestra forma de vida, del modelo de producción-consumo y del sistema capitalista que fomenta la privatización y extracción de la naturaleza. Estos procesos no solo contribuyen al calentamiento global, sino que son responsables directos de la crisis civilizatoria que vivimos actualmente y el inminente colapso al que estamos entrando en este fin de la era del antropoceno.
Más allá del cambio climático como lo manejan los medios de comunicación masivos, los cuales lo alejan del modelo de producción-consumo y lo acercan más a una problemática intangible, sin relación con nuestra forma de vida, podemos o tenemos que mencionar algunos ejemplos.
En el caso de las Islas del Caribe, que tienen como principal fuente de ingresos en el turismo de sol y playa, se ha ido perdiendo más del ochenta por ciento de sus zonas de manglares y humedales, mismas que son barreras naturales contra este tipo de fenómenos, además de cumplir otra serie de servicios ambientales de los cuales no hablaremos en este momento.
Un caso similar es la India y Bangladesh; ahí ocurre lo mismo, la tendencia es igual en todo el mundo. Desaparecer zonas naturales para darle paso a espacios artificiales. El caso de Houston es similar. Esta ciudad ha encementado mas del setenta por ciento de sus zonas de humedales por lo que han perdido la capacidad de gestionar adecuadamente quince mil millones de litros de agua (cantidad aproximada de agua que dejó el Huracán Harvey a su paso por la ciudad) con lo que la inundación en la ciudad era de esperarse, así como los impactos socio-ambientales que se generaron y generarán en toda la región metropolitana. Los impactos en las zonas de sacrificio, donde están instalados los polígonos industriales aumentan considerablemente. Al ser una región petroquímica el riesgo es altísimo.
Houston es un ejemplo significativo de un modelo de ciudad imperante que poco a poco ha ido perdiendo su armonía para darle paso a una política del colapso, a un modelo de ciudad que tiene como base y sustento, un modelo de producción-consumo extractivo, destructor, desagregado de la naturaleza y sus dinámica.
Quedarnos con la idea de que los impactos que dejan los huracanes es culpa del cambio climático, sin darle a este las dimensiones de consecuencia de un modelo de producción-consumo, de una forma de vida, sin llegar a la causa-raíz del problema, es no tener el panorama completo. Es dejar fuera de la ecuación a las causas principales que hacen al cambio climático y al modelo de ciudad, consecuencias principales que generan severos impactos en la naturaleza y por añadidura a los seres humanos.
Por: Jorge Tadeo Vargas @primaindie
Director de Campañas en el Laboratorio de Investigación en Desarrollo Comunitario y Sustentabilidad (Lidecs).
Last modified: 10/09/2017