En enero salió a la venta el número 155 de la revista TAREAS. La publicación cumplió 57 años ininterrumpidos de ver la luz pública cada cuatro meses. En esta oportunidad, la revista aborda temas como la constituyente y la importancia del pensamiento crítico. También trae artículos sobre la cuestión nacional: la literatura y la diversidad de género, el debate en torno al envejecimiento de la población y la cultura de los pueblos indígenas.
A mediados del año pasado el presidente Juan C. Varela anunció que no convocaría una Constituyente tal como prometió durante su campaña electoral. El anunció decepcionó a los ‘expertos’ pero no causó sobresaltos ni comentarios por la mayoría de los sectores populares. Pareciera que el pueblo ha perdido toda esperanza, tanto en lo político como en lo socio-económico. En Tareas N° 155, el destacado abogado Carlos B. Pedreschi aborda el problema y afirma que “los cambios en el texto constitucional no producirán los efectos esperados si la constitución social – esto es, los valores cívicos, éticos, culturales, morales y políticos de los ciudadanos y de su clase política – se mantiene en niveles precarios, como evidentemente es el caso en Panamá”. Por otro lado, el historiador chileno, Sergio Grez, también se refiere al ‘proceso constituyente’ anunciado en 2015 por la presidente Michelle Bachelet. Por todo lo analizado, el historiador concluye que el “proceso se desarrollará de la manera tradicional y su resultado no será una Constitución democrática sino nuevas reformas al texto heredado de la (dictadura militar de Pinochet), frustrando una vez más las aspiraciones de la mayoría del país”.
El 2016 se celebraron elecciones en la Universidad de Panamá en el marco de la autonomía que goza esa institución académica. Triunfó el profesor Eduardo Flores quien plantea la necesidad de transformar ‘la casa de Méndez Pereira’. Tareas publica en el número 155 un trabajo del lingüista norteamericano, Noam Chomsky, que plantea la necesidad de enfrentar con valentía “el asalto neoliberal a las universidades”. Hay que detener la mercantilización de la academia. Igualmente, los sociólogos panameños, Dídimo Castillo y Azael Carrera se refieren a la necesidad de definir el papel de los intelectuales en la sociedad. Carrera destaca el pensamiento de la demógrafa panameña, Carmen A. Miró, y su posición crítica frente al neoliberalismo.
En la sección sobre Sociedad y Nación, Tareas publica la investigación de Luis Wong Vega sobre la ‘poética sexodiversa en Panamá’. Sin duda, es una incursión inédita en un terrero fértil y de gran impacto. En la misma sección, el sociólogo Alberto Valdés Tola aborda “los avatares de los adultos mayores en una sociedad capitalista que los (des)protege”. Jorge Roquebert L., a su vez, desmenuza la educación cultural bilingüe indígena en Panamá.
Se aprecia una producción científica importante el año pasado si tomamos la revista Tareas como barómetro. Sin embargo, para la mayoría de los panameños, 2016 fue un año que mejor es tratar de olvidar. Los trabajadores asalariados vieron disminuir su poder adquisitivo, la masa de trabajadores informales y precarios tuvieron que hacer esfuerzos enormes para mantener sus raquíticas economías a flote. Los pequeños y medianos empresarios, así como los productores agrícolas, terminaron el año más endeudados y con dudas sobre el futuro.
En cambio, los grandes capitalistas vieron como aumentaban sus ganancias. Este último fenómeno atrajo a toda clase de extranjeros al país en busca de una participación en lo que aparenta ser una bonanza económica.
Muchos panameños se resienten por lo que llaman la competencia desleal de los extranjeros que llegan a playas del país. Más preocupación, sin embargo, causa la desconfianza que genera la corrupción y la ineptitud de las políticas del gobierno. Casi a diario se destapan negocios ilícitos en todos los renglones económicos. El caso de Odebrecht probablemente encabeza la lista. El escándalo de los ‘papeles’ de la firma de abogados Mossack-Fonseca no se queda atrás. Pende un gran interrogante sobre Minera Panamá que dice tener una inversión de varios miles de millones de dólares en Coclesito. Así mismo, el Canal de Panamá y el puerto de Corozal se han convertido en un tinglado donde las diferentes fracciones de la oligarquía se pelean los beneficios de las políticas públicas especulativas.
En 2016 concluyó la construcción de la ampliación del Canal de Panamá con demandas de pagos por más de $3 mil millones adicionales por parte del ‘Grupo’ constructor que dejó fuertes dudas sobre su integridad.
Por: Marco A. Gandásegui, hijo, profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e investigador asociado del CELA.
Fotografía: Sistema de Bibliotecas de la Universidad de Panamá
Last modified: 08/02/2017