El XXIV Encuentro del Foro de Sao Paulo, que en esta edición tiene su sede en La Habana, Cuba, asume la insoslayable misión de fortalecer la unidad latinoamericana y caribeña, única forma efectiva de enfrentar los enormes retos planteados por la ofensiva global de una derecha en decadencia y por eso más peligrosa que nunca.
Más de un centenar de representantes de partidos y organizaciones de la izquierda de la región se han dado cita en el Palacio de las Convenciones capitalino para buscar mecanismos de concertación más adecuados y dinámicos que los actuales, impelidos por una agresiva política ultraconservadora encabezada por Estados Unidos que no da tregua ni permite dejar para mañana las urgentes acciones que la situación continental del momento exige.
El foro, creado en Sao Paulo en 1990 por el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, y (ahora el expresidente) Luiz Inácio Lula da Silva, sesionará hasta el martes 17 con una amplísima agenda de trabajo en consonancia con las amenazas y agresiones que se ejecutan para impedir una recuperación de los gobiernos progresistas en aquellos países donde han sido duramente golpeados, y derribar a los que han soportado con firmeza los ataques más furibundos de los últimos tiempos.
La derecha ha regresado al poder en países como Argentina, Paraguay, Brasil y Honduras como resultado de una escalada de la agresividad de Estados Unidos ante la pérdida de hegemonía en la región, y presiona con fuerza contra Bolivia, Venezuela y Nicaragua para aniquilar a las fuerzas revolucionarias y populares que sostienen esos gobiernos.
Lo importante es que la izquierda sigue viva y con deseos de recuperar el terreno perdido, como sucedió en México donde, después de numerosos intentos, las fuerzas más prometedoras encabezadas por Andrés Manuel López Obrador arrasaron en las urnas; y lo mismo puede suceder en Brasil si el pueblo logra derrotar a los golpistas encabezados por Michel Temer y el juez Sergio Moro, sacar a Lula de la injusta, ilegal y cobarde prisión, y permitir su candidatura a la presidencia en las elecciones de octubre.
De que la izquierda sigue coleante lo demuestran las luchas actuales del pueblo argentino contra el gobierno entreguista, proyanqui y fondomonetarista de Mauricio Macri, y en Ecuador donde una derecha sibilina intenta liquidar la Revolución Ciudadana del expresidente Rafael Correa, revertir lo logrado hasta ahora en materia social y económica, y tergiversar burdamente la historia reciente del país de Sucre.
Nicaragua estará en el centro de los debates y el presidente Daniel Ortega recibirá todo el apoyo del continente ante el golpe sangriento y brutal dirigido por Estados Unidos.
Al igual que ocurrió en el pasado, el Frente Sandinista saldrá del hueco en el que lo han tratado de enterrar las fuerzas mercenarias que han ensangrentado al país.
Venezuela será uno de los focos de gran atención por parte de los delegados, y Nicolás Maduro tendrá, como ha sido hasta ahora, el apoyo unánime del foro en su heroica lucha de mantener fuerte y firme, siempre victoriosa, la revolución chavista que tanto les duele a los imperialistas y sus secuaces nativos.
En La Habana, se volverá a sentir el clamor de América Latina contra el bloqueo económico y financiero de Estados Unidos y la demanda de que sea levantado de inmediato y sin condiciones.
El foro alertará del regreso de la Casa Blanca a la era de las cañoneras cuando, bajo la égida de la doctrina Monroe de América para los norteamericanos, los yanquis saquearon el continente hasta dejarla en el hueso.
De igual manera, los líderes de izquierda sostendrán una discusión fraternal y franca de los aciertos y errores de los gobiernos progresistas y de izquierda, un asunto insoslayable para conseguir las metas más ambiciosas de la reunión y demostrar que en la unión está la fuerza.
Por: Luis Manuel Arce
Texto y Foto: www.alainet.org
Last modified: 22/07/2018