Un funcionario de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por su sigla en inglés) enfrenta acusaciones de haber intentado detener una investigación sobre el herbicida Roundup de Monsanto. El funcionario Jess Rowland estaba a cargo de probar los riesgos del producto de producir cáncer. No obstante, según un informe judicial, Rowland habría informado a un gerente de Monsanto, en una conferencia telefónica en 2015: “Si logro frenarla, debería obtener una medalla”, en referencia a una investigación sobre los productos químicos que contiene Roundup. Un juez federal afirma que Rowland parecía tener una relación “altamente sospechosa” con Monsanto. Rowland también supervisó un comité que halló que no había suficientes pruebas para concluir que el glifosato, uno de los químicos clave en Roundup, causa cáncer.
Información tomada del portal Democracy Now!
Last modified: 19/03/2017