“Con el cambio del clima, la furia de El Niño es cada vez mas fuerte y no podemos enfrentarla sin una reflexión sobre los orígenes del problema. Es hora de un cambio, cambio de rumbo hacia el respeto pleno de los derechos de la naturaleza establecidos en la Constitución de 2008 y del respeto al derecho de los pueblos a ser gestores de su futuro.”
Desde enero de 2017 las lluvias torrenciales en el Ecuador han causado la muerte de 14 personas y la afectación de más de 6.000 familias, como reporta la Secretaría de Gestión de Riesgos. Se han registrado numerosos deslaves, daños en infraestructura vial, desbordamiento de ríos, altísima pluviosidad.
Los mayores daños se han dado en las provincias de Pichincha, Azuay, Chimborazo, Guayas, Santa Elena, Los Ríos y Manabí. Según un periódico de Quito, en esta ciudad han ocurrido desde octubre de 2016 hasta marzo de este año, 118 emergencias por inundaciones y 121 por deslizamientos.
Lo que se conoce como “El Niño costero” está afectando también a Perú en donde los estragos han dejado cerca de 70 muertos y 600.000 personas damnificados a nivel nacional. Según expertos de ese país, debido a las intensas lluvias, la capital peruana inclusive corre el riesgo de recibir un gigantesco aluvion de relaves mineros tóxicos que podrían deslizarse sobre el río Rímac desde Tamboraque, a 93 kilómetros al este de Lima.
Se prevé además que en Ecuador y Perú aumenten, por esta causa, enfermedades como el cólera, la malaria, el dengue o el zika.
Según predicciones del Centro Internacional de Investigación sobre El Fenómeno de El Niño /Oscilación del Sur (ENSO) con sede en Ecuador, la temperatura superficial del mar para los meses de marzo, abril y mayo de 2017 se incrementará por encima de lo normal (+3ºC – +5ºC) en un amplio sector del Pacífico Tropical, y se extenderá incluso hasta la costa noroeste de Estados Unidos. En las costas ecuatorianas la temperatura del agua llegó hasta 28ºC, la más alta en los últimos 18 años. De confirmarse un nuevo Fenómeno de El Niño con impacto planetario, los efectos se sentirán en todos los continentes: lluvias monzónicas más débiles en India, inviernos más fríos en Europa, tifones más fuertes en Asia, mayores sequías en Indonesia y Australia, entre otros.
Pero no sólo esto. Los impactos de El Niño según un estudio de 2011 del Instituto para la Tierra, de la Universidad de Columbia, podrían tener una correlación con el desencadenamiento o recrudecimiento de conflictos armados, como los ocurridos en Sudán en 1963, 1976 y 1983, con más de dos millones de muertos; o en El Salvador, Filipinas y Uganda en 1972. También tendrían que ver con el surgimiento de Sendero Luminoso durante El Niño de 1982 y con su ensañamiento en el de 1993; y con conflictos armados en Angola, Haití y Birmania en 1991 y en la RD del Congo, Eritrea, Indonesia y Ruanda en 1997.
El estudio señala que “Los episodios más duros de El Niño han precedido al 30% de las guerras civiles vividas en casi el centenar de países que sufren sus efectos. De hecho, el riesgo de un conflicto se dobla respecto a los períodos de La Niña. A escala global, su calor y sequías están relacionadas con el 21% de los 234 conflictos que analizaron desde 1950 a 2004”. Esto no debiera sorprendernos pues estos fenómenos meteorológicos cambian los patrones de lluvia, llegando en algunos casos a varios años de sequía, incendios, pérdida de tierras cultivables, disminución de la disponibilidad de agua dulce, lo que podría provocar hambrunas, desplazamientos, migraciones, o reactivación de conflictos latentes.
Esto lo mencionó brillantemente Mike Davis en el documento The Origins of the Third World en el que apunta que el concepto de Tercer Mundo “fue formado por interacciones fatales entre el clima mundial y la economía al final del Siglo 19. Tres oleadas de sequías, hambrunas y enfermedades devastaron la agricultura en todo el trópico y el norte de China cuando los monzones fallaron. El costo humano total puede haber sido de al menos 30 millones de víctimas, aunque la cifra de cincuenta millones de muertos sería más realista. Los investigadores han encontrado desde entonces las huellas de El Niño […] sobre todas estas catástrofes climáticas y cosechas perdidas”. Pero lo más interesante que dice Davis es que rara vez la naturaleza es tan mortal por sí sola.
De hecho se evidencia que políticas estatales, erradas o intencionales, provocan cambios en las poblaciones y el ambiente local: campesinos que son incorporados a las redes de comercio mundial, transformaciones en el uso del suelo que sustituyen cultivos de subsistencia por plantaciones forestales o agroindustriales, ríos represados para megaproyectos de riego o eléctricos, tala de bosques, urbanización salvaje, y otros cambios que vuelven a los pueblos más vulnerables a los desastres climáticos de forma dramática y acelerada.
El último año hemos sufrido grandes desastres incluido el terremoto del 16 de abril de 2016, con más de 600 muertos y decenas de miles de damnificados y ahora llega el “Niño costero” con severas consecuencias para miles de personas en el campo y la ciudad. Sin embargo, los impactos de estos fenómenos -no siempre- naturales pudieron tener efectos menos letales si no se hubieran impuesto una vorágine de proyectos de desarrollo y políticas nefastas que han dejado a las costas expuestas sin manglares, han desnudado los suelos al destruir las capas boscosas, han vulnerado las ciudades y tornado a los pueblos más frágiles. Los últimos 10 años, desgraciadamente, hemos ido de mal en peor.
Sabemos que el cambio climático no es un desastre natural sino que ha sido provocado principalmente por la extracción y quema de combustibles fósiles como el petróleo, gas o carbón. Y la solución es clara: dejarlos en el subsuelo. La propuesta Yasuni-ITT era un ejemplo al mundo de que se podía tomar las soluciones en nuestras manos, pero el gobierno nunca la entendió. Sin embargo, no hemos perdido las esperanzas de poder retomarla.
Con el cambio del clima, la furia de El Niño es cada vez mas fuerte y no podemos enfrentarla sin una reflexión sobre los orígenes del problema. Es hora de un cambio, cambio de rumbo hacia el respeto pleno de los derechos de la naturaleza establecidos en la Constitución de 2008 y del respeto al derecho de los pueblos a ser gestores de su futuro.
Más información: [email protected]
REFERENCIAS:
– BBC. http://www.bbc.com/…
– CIIFEN. Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño, http://www.ciifen.org/…
– DAVIS, Mike. The Origins of the Third World: Markets, States and Climate. The Corner House. Briefing 27. Reino Unido. Diciembre 2002.
http://www.thecornerhouse.org.uk/…(pdf)
– DIARIO UNO. Lima. http://diariouno.pe/…
– EARTH INSTITUTE. http://www.earth.columbia.edu/…
– EL COMERCIO. Quito. https://www.elcomercio.com/…
– PÚBLICO. http://www.publico.es/…
– SECRETARIA DE GESTIÓN DE RIESGOS. http://www.gestionderiesgos.gob.ec/
– THE NEW SCIENTIST. https://www.newscientist.com/…
Last modified: 29/03/2017