Que la Caja pareciera un gigante enfermo no puede negarse, no obstante, está pletórica de recursos, tanto que por su nivel de recaudación es la primera institución del país superando a las del Canal. El fallo recae sobre la repetición de administraciones que asumen el reto de dirigirla sin una propuesta coherente con conceptos que superen el seguidismo burocrático. El peligro es que estos fallos alimentan la esperanza del sector privatizador. Este sector pone como ejemplo a países como Chile donde una supuesta administración exitosa de los fondos de pensiones fundamenta sus logros en el recorte de la oferta de servicios y en la inversión externa en apoyo de especulaciones particulares.
También existen sobresaltos en el sector laboral que piensa que modificando el actual estado de cosas se invoca a la privatización de los fondos de pensiones y que sus réditos vayan a dinamizar cuentas de carácter privado.
Pongamos las cosas en su lugar y aclaremos que es justificado ese temor porque cualquier alteración estructural de la Caja podría ir a ingresar a patrimonios privados de carácter especulativo. No obstante, el reto es hacer los cambios necesarios desde el sector laboral para darle a la Caja la potencia de inversión necesaria.
En primer lugar, es necesario denunciar que la ley injustamente obliga a la Caja a hacer sus depósitos en el Banco Nacional con una rentabilidad muy baja, la cual podría ser justificativa del reclamo de los empresarios de que los dejen manejar los fondos.
Antes de adentrarnos en este pensamiento aclararemos los elementos constituyentes de una institución de seguridad social en cualquier parte del mundo, desde el modelo de Bismarck hasta el presente, ellos son: la misión de salud cuyo objeto es mantener la productividad del trabajo y la capacidad laboral de superarse agregando un plus de bienes y servicios a la sociedad panameña; luego tenemos la misión de retiro que persigue que el trabajador retirado, por enfermedad o vejez, siga manteniéndose como un consumidor que mantiene activa la rueda de la productividad del país; tercero tenemos la misión de inversión que es la que le falta a la Caja por estar obligada a hacer depósitos en el Banco Nacional; ella permitiría que la entidad eligiera actividades rentables que le retornaran a la caja sus dineros en forma de réditos y también en forma de nuevos empleos.
¿Cómo cumplir la misión de salud? Colmando el tejido urbano y rural de Centros de Atención Primaria de elevada formación que se estructurarían con equipos profesionales que estarían al alcance de los grupos poblacionales cuya cuantía esté cerca de los 6000 pobladores. Una cobertura tal podría ejercer la tutela preventiva y prestamente curativa de la población, evitando la tendencia a la construcción de mega-estructuras hospitalarias que tienen la utilidad puntual del traje de ocasión especial que guardamos en el armario. Por supuesto, la norma debería ejercer coerción sobre los centros hospitalarios para que devuelvan los pacientes hacia su base de referencia.
¿Cómo cumplir la misión de retiro? Mediante la indexación sistemática de pensiones para que no pierdan capacidad adquisitiva.
¿Cómo cumplir la misión de inversión? Creando un Banco de la Seguridad Social para apoyar el desarrollo del país, generando empleos que significarían una ampliación de las cuotas recibidas. La obligación de tomar inversiones de ese Banco seria imperiosa para las grandes obras infraestructurales como Canal, transportes ferroviarios de larga distancia y urbanos, centrales eléctricas, viviendas y el soporte a la producción agrícola. Toda inversión segura podría ser respaldada por la seguridad social.
¿Es esto algo inusitado? Países cuyo régimen no nos interesa discutir, por no compartirlo, tienen no obstante la sagacidad de exigir que sus empresas de exportación tales como aviones y armas de asalto además de productos agricolas se vean obligadas a recibir inversión de la seguridad social.
Lógicamente la particularización de misiones no debe implicar el fraccionamiento de la Caja, ella debería constituirse en un “holding” cuya Junta Directiva sea designada por diputación directa de sus bases y no por el dedo del ejecutivo. En fin, que todos los escollos significados por la humana corrupción pueden ser sorteados y eliminados si se tiene un norte orientador.
Por: Juan Carlos Mas C. (Médico)
Foto: www.bayanodigital.com
Last modified: 02/09/2018