Las falsas soluciones del capitalismo “verde” y “sostenible”
En el contexto actual de multicrisis sistémica, los impactos del cambio climático sobre los territorios cuerpos, aire, agua, tierra se han venido viviendo a escaldas aceleradas en la última década, ha habido además un trabajo significativo de parte de los movimientos sociales y organizaciones civiles para denunciarlos y exigir un cambio en las estructuras que siguen permeando este escenario, es un hecho que las perturbaciones climáticas cada vez más extremas amenazan de manera especial la preservación de la vida en todas sus formas, históricamente desde Jubileo Sur/Américas hemos venido denunciando y actuando para desmantelar estas falsas soluciones, desenmascarando lo que verdaderamente hay detrás, esto fundamenta nuestro reconocimiento como pueblos acreedores de las deudas sociales, ecológicas y financieras.
En nuestro actual escenario los impactos son económicos, sociales, políticos, ecológicos y culturales, siendo el origen central el modo capitalista de producción, por ello reconocemos que este nunca será parte de la solución, nos enfrentamos a factores como la acidificación de los océanos, la alteración de los procesos bio geoquímicos, pérdida de biodiversidad con la contaminación de ríos, deforestación, monocultivos, como también la perdida de suelos cultivables y diminución recursos energéticos.
No es el clima … es el Sistema Capitalista Hetero patriarcal
La aceleración de los procesos de combustión de gas, carbón y petróleo, así como la implementación de ganadería intensiva, deforestación, extractivismo minero, criminales incendios provocados en selvas y bosques, tienen todo un protagonista común: la expansión económica exigida por el capitalismo basado en acumulación, despojo, así como la creación y sostenimiento de las estructuras de endeudamientos, principalmente a los países del sur, cuyos impactos se agravan sobre la vida de las mujeres y poblaciones indígenas y negras.
El lastre que implica el pago de las deudas para América Latina y el Caribe, profundiza y contribuye a que sea la región más desigual del mundo, a esto sumamos la crisis que se agrava con la llegada de la pandemia del COVID-19, pero esta no es la única pandemia a la que nos tenemos que enfrentar, hemos vivido con una pandemia de hambre, violencia y exclusión.
Nos encontramos en un escenario en la que la mayoría de nuestros Estados han seguido las recetas del neoliberalismo, así que la pandemia encuentra sistemas de salud arrasados y fragilizados, y es que lo que se ha priorizado es perpetuar el pago de las Deudas, las ¨inversiones¨ de capitales financieros, así como la profundización de la deuda ecológica, esto solo reafirma lo que desde Jubileo Sur/Américas venimos denunciado: el sistema capitalista no es capaz de garantizar la vida y amenaza con especial crudeza a los cuerpos-territorios mujeres, indígenas, negros y campesinos, el gran capital racista, hetero patriarcal sigue aferrándose a las suyas.
Los políticos comprados y la violencia de los Estados están de su lado, ¡esta es la verdadera causa del incremento de la temperatura!
La estupidez desenfrenada del capitalismo está provocando que el planeta sea cada vez más inhabitable
En general, cuanto más rico es el país, mayores son las emisiones. «Los países industrializados han explotado y consumido más combustibles fósiles, bosques y otros recursos del planeta, que el Sur Global, lo que les permitió alcanzar el grado de riqueza y poder actual. En ese camino, han colocado a la humanidad en un estado de riesgo tal que corre peligro de sucumbir. Es justo que recaiga en ellos la mayor parte de la responsabilidad de evitar la crisis social, ambiental y planetaria»
Esto apunta al carácter profundamente político del fenómeno en el que, lejos de existir una responsabilidad genérica de todos, todes y todas, el desafío climático afecta de formas bien diferenciadas e impactos también desiguales: ni las responsabilidades por la generación del fenómeno son equiparables ni los pueblos, comunidades y grupos sociales son igualmente vulnerables.
De hecho, es todo lo contrario, aquellos más responsables por la generación del problema son los menos vulnerables.
De acuerdo a Camille Chalmers, de PAPDA Haití y articulador del Caribe para JS/A, este escenario de multi crisis es un oportunidad para sumar fuerzas y movilizar acciones para desenmascarar la ineficiencia del sistema capitalista, y es a la vez una oportunidad para construir un nueva normalidad pues de continuar este modelo que salvaguarda los intereses del gran capital y corporativo, podríamos acrecentar el ecofascismo, en los que unos pocos se atrincheren acaparando los recursos disponibles, mientras los pueblos y comunidades queden expuestos a las inclemencias climáticas y con graves carencias de acceso a recursos básicos como el alimento o el agua, mientras las transnacionales extractivistas despojan sus recursos y cuerpos-territorios, es imposible entonces pensar que estamos acercándonos al ¨cumplimiento¨ cumplimiento de los llamados objetivos de desarrollo sostenibles de la Agenda 2030.
Sin embargo, el gran capital, los Estados neoliberales nos quieren hacer creer que el conflicto se sitúa en otra parte. Que basta con reutilizar bolsas, hacer compost o se puede arreglar con pagos de «bonos de carbono», «compensaciones climáticas» o» agricultura inteligente» son algunas de las falsas soluciones que empresas y gobiernos impulsan para maquillar los desastres ambientales que esas mismas empresas y gobiernos producen.
Se apunta a las consecuencias, pero nunca se cuestiona el origen: el modelo basado en la quema de combustible fósiles (petróleo, gas, carbón), el agronegocio y la deforestación.
En el capitalismo del desastre y muerte se están consolidando dos categorías de personas: quienes que están a salvo y quienes están vulnerabilizades y expuestos a la desestabilización climática, es decir, privilegiados y desposeídos.
Las élites, criminales-armados y el capital de las corporaciones, colaboran entre sí y con los grupos políticos en el poder. Lo que en los territorios se traduce a acoso, persecución, criminalización y asesinatos de defensoras de derechos humanos y la naturaleza como también de líderes indígenas, negros o campesines.
Eta, “la peor tormenta en décadas” en Centroamérica, deja estela de devastación, muerte y desaparecidos
La temporada de huracanes del 2020, a 20 días de su cierre oficial, se convierte en la más activa desde que hay registro. Hace 52 días se acabó la lista 21 nombres previstas y hubo que echar mano del alfabeto griego, pues ya van 29 depresiones, tormentas y huracanes, dependiendo de la velocidad de sus vientos, las que han sido nombrados en este período. Aún en la segunda semana de noviembre se desarrolla un sistema: Theta, que según pronósticos podría generar las condiciones de otro sistema tropical: lo que marcaría el lamentable récord de 3 ciclones nombrados a la vez en el Atlántico.
Cuando la tormenta tropical Eta fue bautizada así, el 1 de noviembre pasado, inmediatamente hizo de 2020 el año con más tormentas tropicales en la región con nombre propio de la historia.
Pero ese no es el único récord roto o igualado por el fenómeno atmosférico que un día después se convertiría en el 12º huracán de la temporada y a la fecha 12 días después sigue causando estragos. Ya que luego de atravesar Centroamérica, su trayectoria zigzagueante lo regresó al Caribe, con probabilidad de golpear nuevamente al sur de la Florida a final de semana.
Eta, que entró a Nicaragua como un poderoso huracán de categoría 4 en la escala Saffir-Simpson y después se degradó a depresión tropical antes de ingresar en Honduras, causó estragos sobre gran parte de Centroamérica, con vientos de hasta 240 kilómetros por hora. Regresando al Caribe, provocando 16 horas de lluvias y vientos sobre Cuba.
Los pueblos de Mesoamérica, enfrentan las graves consecuencias de las enormes inundaciones y derrumbes causados por las lluvias torrenciales caídas durante una semana. El recuento de víctimas y daños es aún incierto, dado que muchas personas se encuentran desaparecidas y comunidades enteras están incomunicadas por el colapso de carreteras de acceso.
Pese a que fue debilitándose progresivamente, sus vientos y fuertes lluvias dejaron a su paso inundaciones por crecidas de ríos, deslizamientos de tierra, viviendas destruidas, caídas de árboles y postes eléctricos y miles de personas evacuadas. Sin alimentos, sin recursos para trabajar, sin viviendas, insuficiente apoyo gubernamental, sin luz eléctrica ni agua potable, entonces, ¿qué les espera a estas comunidades hoy y mañana? ¿perpetuar las condiciones de pobreza, hambre y dolor?
A raíz del fuerte impacto provocado por ETA y los irremediables hechos, tanto como pérdidas humanas y materiales, caos en las comunidades y su infraestructura, y el gran daño ambiental, surge la interrogante: ¿Los Estados respondieron de forma temprana y responsable ante la alerta de Huracán?
Las respuestas son complejas y diversas. En el caso de Nicaragua, se reportan más de 50 mil personas evacuadas oportunamente 3 días antes del impacto del Eta. Casi 2 millones de personas estuvieron expuestas al Huracán, principalmente de la RACCN y Norte de Nicaragua.
Reportando más 1, 700 mil viviendas destruidas, decenas de comunidades, vías de transporte, cultivos y bosques arrasados. Solo se reporta un accidente en una mina, cerca de la zona de alerta, donde fallecieron dos personas que desacataron la orden de evacuación. Sin embargo, se logró salvaguardar la vida debido a la activación, organización, evacuación oportuna y solidaridad del pueblo coordinados con las organizaciones, autoridades indígenas, ancestrales y nacionales.
En Honduras el huracán bajo de categoría e ingresa al territorio como depresión tropical, a pesar de que Honduras pudo contar con más tiempo para prepararse, según las últimas cifras oficiales se contabilizan 93 fallecidos, 143 desaparecidos y más 2.7 millones personas afectadas. El gobierno pesar de estar en Alerta Roja por Covid19, no quería emitir la alerta roja por el huracán y aún el día que ingresa Eta al territorio persistirían en la idea del feriado morazánico, llegando a declarar la emergencia, hasta que los vientos de 55km por hora de Eta, atravesaban el territorio nacional. Las autoridades han desmentido y perseguido a las voces que documentaban las primeras muertes y la devastación de las inundaciones. Las muertes continúan en aumento por las inundaciones y deslaves, mientras las familias esperan más de 30 horas para ser rescatadas de los techos de sus casas, predominando un clima de desesperanza.
En Guatemala las autoridades reportan una cifra preliminar de 44 muertos y 150 familias muertas o desaparecidas, todas de la aldea Quejá, en el municipio norteño de San Cristóbal Verapaz. Aldea donde más de 100 casas quedaron soterradas por los deslaves derivados de las torrenciales lluvias de la depresión tropical Eta. Al momento del cierre de este reporte, el gobierno guatemalteco anuncia la suspensión de las labores de búsqueda de cuerpos, alegando cumplir los protocolos de seguridad internacionales.
Mientras que otra comunidad del departamento noroccidental de Huehuetenango, fronterizo con México, otro alud dejó al menos diez muertos. Se estiman unas 378.000 personas, en su mayoría indígenas, directamente afectadas ya que perdieron sus pertenencias y cultivos por los deslaves, muchas fueron evacuadas después de iniciadas las lluvias quedando incomunicadas y careciendo de alimentos y agua. Otra es la crisis que generan la apertura de presas hidroeléctricas. La apertura de los embalses, sin previo aviso, ha agravado los impactos provocado por el paso del huracán Eta en la población de Guatemala, ya que la apertura de las presas Renace y Oxec vulnerabiliza e impacta catastróficamente a las familias indígenas ‘Q’eqchíes’.
Tras el abandono de las autoridades, unas 7.000 personas y más de 3.000 hectáreas han resultado afectadas, en el entorno de los ríos Cahabón y Oxec, ya que se han desbordado y se han agravado por la existencia de siete instalaciones hidroeléctricas en sus cauces. Durante el temporal de lluvias acumularon demasiada agua, por lo que las empresas decidieron abrir las compuertas, sin previo aviso a las comunidades, inundando y destruyendo decenas de aldeas y miles de hectáreas de campos de cultivo.
Mientras que en Panamá el número de muertes provocadas por el ciclón Eta en Panamá se elevó a 17, mientras que otras 68 personas permanecen en paradero desconocido, días después del impacto de Eta el gobierno panameño, decretó el estado de emergencia por los cuantiosos daños. Siendo la zona indígena de la provincia occidental de Chiriquí, la más castigada por el temporal.
En Chiriquí, la tormenta causó los mayores estragos, con destrucción de viviendas, carreteras, puentes y cultivos, aunque otras provincias occidentales como Bocas del Toro y la comarca indígena Ngäbe Buglé también sufrieron cuantiosas pérdidas. Se reportan 2000 personas evacuadas de diferentes zonas del país y más de 150 permanecen incomunicadas y a espera de evacuación. Las autoridades clasifican la situación de “crítica” en la producción de alimentos y en infraestructura. Sin embargo, con las fuertes lluvias se dio el vertimiento (abrir compuertas) en proyectos hidroeléctricos con embalse.
Los dueños y/o operadores de las hidroeléctricas con embalse, sin una alerta temprana confiable y responsable, optaron por apresurar la apertura de todas las compuertas, siendo incontrolable la crecida de las aguas. Con lo que demuestran que su prioridad era garantizar su lucro, pues con la liberación de las aguas acelerada, logran captar el máximo de energía para comercializar (embalse) y facturar a pesar de amenazar la vida y seguridad de personas, cultivos aguas abajo, las autoridades estatales respaldaron la apertura a último momento, a pesar de conocerse las consecuencias e impacto negativo en la región
En El Salvador varios días de lluvias como efecto indirecto de la depresión tropical Eta que ha dejado una persona fallecida y más de 2,000 evacuados, la Alerta por riesgo de deslizamientos y de inundaciones. Siendo el departamento oriental de la Unión el más afectado por lluvias intensas. De acuerdo a reporte oficial 107 comunidades fueron afectadas por cortes de energía y 35 más por deslizamientos de tierra. El Salvador envió a más de 270 rescatistas además de ayuda humanitaria a Guatemala y Honduras para auxiliar a las afectadas por el paso del ciclón Eta.
Por su lado en el sur de México, las torrenciales lluvias también han afectado estados de Oaxaca, Tabasco y Veracruz, donde cerca de 250.000 personas estaban fuera de sus hogares por el desborde de ríos en una de las peores temporadas de lluvias de los últimos años. En Oaxaca, un estado donde normalmente escasea el agua, 22 personas murieron en los últimos diez días ahogados o por el desprendimiento de rocas que cayeron sobre casas.
Urge desenmascarar las falsas soluciones
Entre las falsas soluciones, la tecnología se presenta como la “solución” frente al cambio climático. Las grandes compañías experimentan con una supuesta “agricultura inteligente” o las mineras e hidroeléctricas son “responsables y sostenibles” mientras despojan de sus tierras y recursos a pueblos ancestrales y asesinan a sus líderes.
Las élites y el gran capital utilizan el combate contra el cambio climático Para hacer creer que este es el origen de la ¨crisis¨ del clima, de hecho diversos informes militares y políticos de gobiernos y de instituciones supranacionales presentan la crisis climática como un problema creciente de seguridad y lo califican de «multiplicador de amenazas», lo que alude al supuesto de que, inevitablemente, se dispararán ¨nuevos¨ conflictos, sin embargo, los pueblos conocemos bien las verdaderas causas, mismas que hemos enunciado en el presente texto, y no estamos dispuestos a tolerar los abusos y violencias que se nos imponen.
Sin duda, el poder mediático dominante se constituye como una de las herramientas para controlar y manipular las realidades, uno de los objetivos es que los pueblos que se puede renunciar voluntariamente a partes de sus derechos y libertades a cambio de un poco de seguridad: seguridad para ¨evitar¨ los desastres, para ¨protegernos¨ de nosotros mismos, sin embargo esto es también una estrategia del sistema que mediante el binomio militar-industrial buscan asegurar el control de los territorios y la desarticulación de los procesos organizativos, esto significa además profundizar la militarización de la vida cotidiana y criminalización de las luchas sociales y ambientales todo en nombre de ¨salvar el planeta¨, mas sabemos que las transnacionales de distintos sectores buscan hacer del cambio climático una gran oportunidad de lucro, desde las petroleras a las compañías, mineras extractivistas, hidroeléctricas hasta las especuladoras financieras nacionales y multinacionales
Es necesario seguir fortaleciendo y estrechando los mecanismos de solidaridad internacional, unidad latinoamericanista y la suma de todas las voces constituye la principal estrategia y herramienta de defensa de las comunidades y territorios, reclamar el hecho de ser los acreedores de una deuda ecológica que el norte tiene con nosotros como pueblos del Sur, Y es que la articulación negra, indígena y popular contiene algunas de las respuestas que necesitamos, las verdaderas soluciones vienen dadas desde los pueblos, desde los saberes y caminos construidos en la que seguiremos demandando y denunciando las falsas soluciones, así como la exigencia de la Anulación de las Deudas.
Por: Comunicaciones, Jubileo Sur/Américas
Last modified: 29/11/2020