Muchas veces en las convocatorias a movilizaciones, jornadas, escenarios de lucha y discusión, encontramos personas incrédulas que comentan que estas no sirven para nada. Desde el pesimismo y la desconfianza en el pueblo organizado se ve a las movilizaciones como momentos de lucha que son desoídos por los gobiernos y los contendores políticos.
Para el caso del paro nacional convocado para este 21 de noviembre la situación ha sido distinta, no es solo por la gran acogida y el importante número de organizaciones y sectores que convocan y prometen salir a las movilizaciones, tampoco, aunque influye, por la fuerza de las manifestaciones populares que sacuden el mundo, en contra del capitalismo y su fase neoliberal-imperialista.
Esta convocatoria a paro ya ha sido exitosa porque ha dado frutos y resultados contra el gobierno y la clase que permanece en el poder, aún sin haber llegado el día cero y con posibilidades de grandes expresiones de rebeldía popular en las calles, enumeremos algunos de sus éxitos:
Detuvo (o por lo menos ha hecho más lenta) la serie de reformas que viene impulsando el gobierno nacional dentro del “paquetazo”: La movilización ha tenido día tras día a los ministros/as, y hasta al mismo presidente, en los medios argumentando que no han pasado proyectos de ley para modificar el régimen salarial, tributario y pensional, sin embargo todos esos proyectos ya los venían anunciando y algunos ya están radicados, el miedo del gobierno a la movilización ha hecho que el paquetazo se detenga (por lo menos formalmente) y se aplace su radicación.
Desnudó a los tibios de las redes: Aunque no es un indicador de fiar, el paro ha llevado al destape de “influencers” de las redes sociales, como Juviano, Wally y otros, quienes por su tibieza, terminan defendiendo el establecimiento.
Desnudó (descaró), el carácter fascista y dictatorial del régimen uribista de Duque: Allanamientos, militarización, posibles toques de queda, censura en los medios y manipulación de la información no dejan lugar a dudas, estamos en una dictadura cívico militar.
Confirmó quienes son los impulsores del paramilitarismo: un grupo de “colombianos de bien”, uribistas, y “honorables”, creó un escuadrón de choque para “ayudar” a la policía y la “fuerza pública” a contener los vándalos. Estas acciones, guardadas las proporciones y los lugares, equivale a crear un grupo de apóstoles “autodefensas” para enfrentar la amenaza “comunista”. Si ahí se descararon los paracos.
Evidenció la dependencia y postración de los medios de comunicación al poder: Emisoras nacionales de radio, portales de internet, medios impresos y televisivos empezaron una campaña de desinformación contra el paro, tratando de confundir y estigmatizar la movilización.
Y finalmente, y la más importante de esta lista, demostró el miedo que tiene al pueblo organizado la clase en el poder. El pueblo colombiano puede palpar que a la minoría le aterra la gente informada, organizada y con capacidad de lucha.
A pocas horas del paro, es tiempo de fortalecer los llamados a la movilización, las actividades conspirativas, la agitación y planeación de las acciones, hay que hacer actividades que afecten a quienes nos mantienen en este régimen de miseria y esclavitud.
A quienes nos quieren romper la voluntad de lucha y están derrotados, recordémosles que con el simple anuncio de lucha popular organizada ya tiembla el régimen, que luchar vale la pena y que gracias a la lucha hemos conseguido mejores condiciones.
No olvidemos las lecciones de estos días y recordemos que nos tienen miedo porque no tenemos miedo.
Por: Eliécer Ariza / Resumen Latinoamericano
Fotografía: Archivo. Colombia
Last modified: 21/11/2019