La Caravana del Migrante partió de San Pedro Sula con aproximadamente 700 personas,que en el camino suman ya más de dos mil, son familias completas con menores de edad e infantes, es la nota del momento por la consternación, indignación e impotencia de la mirada regional, el suceso que ha activado la solidaridad de pueblos con iguales desesperanzas que las de quienes transitan.
No hay silencio posible ante este lamentable camino que llevamos siguiendo por los medios de comunicación hace días. Un comunicado de la Mesa de Coordinación Transfronteriza Migraciones y Género, emitido recientemente y firmado por decenas de organizaciones humanitarias de México, Guatemala y de Mesoamérica, percibe con indignación y tristeza como nuestros hermanos y hermanas hondureños protagonizan este nuevo éxodo masivo, llevando a sus hijos e hijas y pocas pertenencias para atravesar territorios cargados de peligros.
Reconocen en el pronunciamiento, que las condiciones estructurales de violencia, exclusión y xenofobia en los países de Centro América siguen expulsando masivamente a personas sin oportunidades, enfrentadas a la violencia de pandillas, al despojo de sus medios de vida, a la destrucción de sus precarias condiciones por eventos “naturales”, a la desprotección absoluta de gobernantes corruptos cuyos intereses no tienen nada que ver con las razones que les llevaron a postularse y ser electos para servidores públicos. Por tanto, alertan que estas crisis humanitarias se repetirán cada vez con más fuerza en la medida en que no se atiendan las causas estructurales que en cada país de origen, motiva a las personas a moverse.
Por lo anterior, exigen a los gobiernos de Guatemala y de México, respeto a los derechos que tienen las personas migrantes:
1.El respeto integral y la garantía de los Derechos Humanos de las personas migrantes.
2.La no persecución por parte de los funcionarios de Migración, los cuerpos de Policía nacional, municipal, estatal, y la Policía Federal y Ministerial. La no persecución en la carretera, en transporte público, y en el tren. En ningún caso el uso de violencia.
3.El acceso a la asistencia inmediata, la justicia, la verdad, y la reparación integral de daños para las personas migrantes víctimas de delito en Guatemala y México.
4.Que los Estados de Guatemala y México, garanticen los derechos de las personas migrantes e implementen medidas de protección especiales para grupos vulnerables como mujeres, menores de 18 años, y personas de la comunidad LGBT+.
5.El acceso equitativo a los servicios públicos de salud, incluyendo a las consultas no urgentes, la atención urgente, los medicamentos, y los análisis. La atención puntual y la no discriminación.
Redacción de Sharon Pringle Félix
Foto de Dunia Montoya (Honduras)
Last modified: 22/10/2018