Las calles de Brasil, desde principios de marzo han sido tomadas por diversas manifestaciones populares. El Carnaval ha sido festejado con lucha y resistencia en diversas ciudades del país, en donde la gente hizo de la calle el espacio para demostrar de manera lúdica su insatisfacción con los desmandes del gobierno de extrema derecha del presidente y ex militar, Jair Mesias Bolsonaro.
La coronación de esta manifestación fue la victoria de la escuela de samba Mangueira, de Rio de Janeiro, con una canción de denuncia y el desfile con la bandera de la nación con los colores verde y rosado de la escuela y la frase “Indios, negros e pobres” en el lugar oficial del verde y amarillo y el dicho positivista “ordem e progresso”. Luego, el 8 de marzo, día de la mujer, miles de personas salieron nuevamente a las calles para luchar por el fin de la violencia hacia las mujeres y denunciar las declaraciones abiertamente machistas de representantes del nuevo gobierno, que posee un discurso de odio en contra las mujeres y encarna públicamente en las redes sociales, declaraciones abiertamente misóginas y violentas hacia las minorías. En el año de 2018 han sido registrados 4.254 femicidios en Brasil.
Por ultimo, el 14 de marzo se ha cumplido un año del brutal asesinato de la concejala Marielle Franco y su chofer Anderson Gomes. Crimen todavía sin respuestas que apunta como responsables las “milicias” en la ciudad de Río de Janeiro. Las milicias son organizaciones paramilitares, que coordinan el narcotráfico en esta ciudad. En las ultimas semanas ha venido a la luz la ligación del hijo del presidente Bolsonaro, Flavio Bolsonaro con jefes de dicha organización. “Ella representaba las personas que no tenían voz, los más vulnerables. Por estamos acá”. Dice la manifestante Caro Fernandez, de 27 años, en San Pablo. Marielle, que tenía 38 años, era mujer, madre, negra, lesbiana y defensora de los derechos humanos.
Su mandato, fue marcado por la defensa de las mujeres, los negros y las minorías. También criticaba duramente la violencia de la policía. Un día antes de su muerte escribió en su cuenta de Twitter sobre el asesinato de un joven en la villa de Jacarezinho: ”Un homicidio más que entra en la cuenta de la PM (Policía Militar)[…] Cuantos más tendrán que morir para que se termine esta guerra?”. En la noche siguiente, ella fue asesinada. “Ver gente que abandonó su rutina diaria para estar aquí es tener noción de que esto es algo mucho más grande”, dice su hija, Luynara Franco de 20 años a los reporteros en la manifestación de Río.
El asesinato político de esta mujer fuerte, llena de carisma, luchadora, que fue electa concejala con 46.502 votos en el 2016, ha movilizado manifestaciones por todo Brasil, con la pregunta que resuena “quien mandó matar Marielle?”. Su tesis de maestría trataba de la actuación policial en las villas de Rio de Janeiro. Ella se volvió semilla y su lucha se ha tornado inspiración para todas y todos que sueñan con un mundo más justo.
Por: Tulasi Barcellos
Last modified: 18/03/2019