No es la primera vez que denuncio cómo ante los grandes problemas del país, las autoridades, conchabadas con los poderes económicos, suelen poner el mantel y citar a una recurrente mesa de diálogo en la que no se dialoga si no es para que las cosas se queden como están.
Así ocurrió con la Caja de Seguro Social, con la justicia, con el desarrollo humano, con la educación y con tantos otros de esos asuntillos clave para los nadie y de vital importancia para las cuentas de resultados de los que ya lo tienen todo.
Estas mesas suelen tener nombres pintorescos, casi humorísticos. Veamos si no la que se reúne mañana: Mesa de Diálogo por el Desarrollo Responsable de los Recursos Minerales de Panamá. Un oxímoron que rompe la barrera de los dos términos contrapuestos, un chiste de mal gusto para denominar al tabernáculo para camuflar de verde la explotación minera indiscriminada de Panamá.
La dinámica de estas mesas suele ser la siguiente. Las convoca el Gobierno, empresas y gremios empresariales, en este caso, Camipa (Cámara Minera de Panamá) empuja, participa y financia con entusiasmo, las organizaciones temerosas se sientan a ver si pueden rascar algún compromiso menor o alguna subvención que las mantenga y las organizaciones auténticas acuden para que no les digan que no fueron, pero terminan levantándose indignadas o siendo expulsadas con la excusa más peregrina.
Si lo de Camipa es descarado: solo entren a su página en internet para “aprender” cómo Petaquilla ejerce la “minería limpia” con la “tecnología más avanzada y amigable” para “el progreso de Panamá”. Lo del Gobierno es evidente: parte del Gabinete tiene acciones en las empresas de Camipa y desde que han llegado han puesto policía, (in) justicia y medios al servicio del expolio del país.
El Colectivo Voces Ecológicas (Covice), presente en la mesa, de momento, ha elaborado un magnífico informe sobre la situación de la minería en Panamá y creo que lo más interesante es la afirmación de que “el modelo extractivo minero es un problema de derechos humanos” y que “el problema ecológico [que suscita] es un problema político”.
“Aproximadamente el 44% del territorio nacional se encuentra en trámite de concesiones, ya sea por solicitud o concesión otorgada. A mayo de 2013 existen 16 concesiones vigentes según los datos del Ministerio de Comercio e Industrias, cinco de ellas para extracción, en las provincias de Los Santos y Colón. También existen 146 solicitudes en trámite, cuatro de ellas para extracción en las provincias de Veraguas y Panamá”. Esos son los datos fríos, pero los calientes tienen que ver con poblaciones desplazadas o en riesgo de desplazamiento, empleo de mala calidad, contaminación y devastación ambiental… Es política porque la decisión de qué futuro quiere Panamá debe ser una decisión política colectiva.
No va a ser así, excepto que los poderes sientan la presión social y que esta fuerce la realización de una consulta nacional sobre el asunto.
Varias de las organizaciones honestas que están en esta mesa de dudoso fin han planteado que antes de discutir legislación o bromas de papel varias hay que decidir si Panamá quiere minería metálica o no. Los vecinos ticos ya se decidieron por el no y su crecimiento económico es envidiable desde el punto de vista macroeconómico liberal. Es decir: hay una mentira de base en aquellos que quieren relacionar minería con desarrollo. Hay muchas más pruebas de lo contrario en países como Perú o Chile.
Otra falacia habitual es que el oro que se va a extraer en Panamá es necesario para la industria médica, electrónica o de comunicaciones. Pero el informe del World Gold Council de 2011 confesaba que solo el 12% del oro extraído en el mundo se dedica a tales fines y que el 82% restante solo sirve para adornar cuellos y dedos o para especular financieramente.
¿A qué le apuesta Panamá? A dilapidar su frágil patrimonio natural para que unos cuantos aumenten sus fortunas o a un modelo de desarrollo sostenible que garantice el futuro. Ya sabemos lo que piensa el Gobierno… algún día debería hablar el pueblo. Si la mesa que mañana sesiona no es la del monólogo minero debería impulsar la consulta.
Last modified: 02/10/2013