Inicio esta nota extendiendo un fraternal saludo a los trabajadores de Panamá y el mundo al conmemorarse este 1 de mayo el día internacional de la clase trabajadora, reiterando el compromiso permanente de defender los derechos de los trabajadores.
Han transcurrido 138 años de la gesta de los mártires de Chicago, quienes murieron tras ser juzgados y condenados a muerte por la revuelta de Haymarket el 4 de mayo de 1886 una protesta que terminó siendo reprimida violentamente, dentro de la huelga que habían iniciado los trabajadores el 1 de mayo de ese año exigiendo que se cumpliese la Ley Ingersoll, promulgada en 1868 por el presidente Andrew Johnson y que establecía una jornada laboral de 8 horas.
Las condiciones de trabajo que prevalecían antes de la promulgación de esta ley abocaban a los trabajadores a jornadas extenuantes de hasta 18 horas diarias. La legislación previa también permitía el trabajo de niños y mujeres quienes también trabajaban jornadas de más de 8 horas y recibían menos pago.
La huelga y los trabajadores que la apoyaban recibió el duro embate de la prensa que operó en defensa de los intereses de la clase patronal y definió a los huelguistas como “truhanes y malhechores” calificando la huelga de “locura” al reclamar la jornada laboral de 8 horas; las notas y editoriales publicadas pretendían desmeritar la organización y la lucha de los trabajadores.
En retrospectiva hoy podemos decir acertadamente que la primera revolución industrial fue sostenida en gran medida por una fuerza laboral que estaba obligada a trabajar jornadas de hasta 18 horas diarias, en condiciones difíciles y extenuantes, gran parte de la industria ferroviaria que impulsó esta revolución se dio gracias a la fuerza de trabajo de miles de maquinistas y fogoneros que eran explotados en largas jornadas laborales.
Esta es la historia que detona la lucha por una de las principales conquistas de la clase trabajadora, la lucha por una justa jornada de 8 horas de trabajo, una lucha que hoy, 138 años después, tenemos que mantener vigente, para resistir los embates de la clase patronal por modificar la jornada laboral.
Ocho horas para trabajar, ocho horas de descanso y ocho horas para el hogar y la familia, esta es la premisa por la que la clase trabajadora ha luchado permanentemente durante el último siglo y que en los albores del siglo XXI continúa luchando.
En nuestro mundo hoy existen millones de trabajadores que se ven obligados a trabajar jornadas dobles, a tener dos trabajos, a trabajar en el sector informal, porque el salario resulta precario y no alcanza para cubrir las necesidades básicas de un hogar.
Hoy en nuestro país continuamos la lucha en defensa de los derechos de la clase trabajadora a organizarnos libremente y a poder tener las condiciones legales que garanticen la libertad sindical y el respeto al uso de los recursos económicos fruto de la cuota sindical. Rechazamos el congelamiento de las cuentas bancarias del Suntracs y consideramos que esta medida tiene por objeto coartar la libertad sindical.
Para la defensa de las organizaciones es necesario mantener la unidad del movimiento sindical y fortalecer nuestra presencia en la vida nacional, garantizando que podamos luchar ampliamente por el derecho a una seguridad social universal, solidaria y de calidad.
La clase trabajadora panameña a 138 años de la gesta de Chicago, sigue en pie exigiendo la igualdad salarial, igual trabajo igual pago, la lucha continua por acceso a un trabajo digno y con salario justos, pugnamos por erradicar la precarización del trabajo y la erradicación del trabajo informal que carece de la protección de la seguridad social.
Este 1 de mayo el movimiento sindical panameño marchará en unidad reiterando la demanda del pueblo panameño por un país sin minería, levantamos la voz para exigir la salida inmediata de First Quantum Minerals de Panamá y el resarcimiento del desastre ambiental que provocaron en nuestro país.
Este miércoles 1 de mayo nos reuniremos en la Plaza Porras a las 9 de la mañana para marchar hacia la Plaza 5 de Mayo, donde honraremos la memoria de los mártires de Chicago con un mitin en el que levantaremos la voz para exigir contundentemente se respeten los derechos de la clase trabajadora.
Hoy más que nunca hacen eco las palabras que pronunciara August Spies antes de ser ejecutado: “La voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuántas palabras pudiera yo decir ahora”.
Por: Nelva Reyes Barahona. Educadora y Secretaria General de la Central General de Trabajadores de Panamá (CGTP)
Last modified: 30/04/2024