“…Aquí está una de las tareas de la juventud: empujar, dirigir con el ejemplo la producción del hombre de mañana. Y en esta producción, en esta dirección, está comprendida la producción de sí mismos…”
Ernesto “Che” Guevara
Por: Dania Betzy Batista Guevara
El papel que ha jugado la juventud conciente y revolucionaria, a través de la historia desde antes de la era republicana panameña de 1903, ha sido fundamental. Estas tradiciones nos vienen incluso cuando analizamos el papel de los líderes que se enfrentaron a las huestes colonizadoras del imperio español.
Quibián, Urracá, entre otros muchos; luego Felipillo, también otros muchos, eran gente joven que comprendieron su papel y su personalidad en la lucha contra los invasores y contra los explotadores de la mano de obra venida del África a nuestra Abya Yala.
En la Guerra de los Mil Días, en lo que corresponde a nuestra patria panameña, valga decir que nuestro invicto general VICTORIANO LORENZO TROYA, tenía en el año 1900 apenas 26 años de edad……y su campaña victoriosa en las montañas de Capira, Coclé y Veraguas solo pudo ser cortada, con su cruel asesinato el 15 de mayo de 1903, cuando apenas contaba con 30 años de edad.
La inmensa mayoría de los combatientes panameños en la Guerra de los Mil Días, antesala del difícil parto del 3 de noviembre de 1903, esa inmensa mayoría de los combatientes, eran jóvenes de ambos sexos, provenientes de los campos de Chiriquí, Alanje, Los Santos, Tonosí, Las Tablas, Santiago de Veraguas, la juventud de los Cholos de Coclé y del Arrabal de Santa Ana, idealistas por un verdadero Panamá liberado del yugo feudal, racista e imperialista.
Desde sus comienzos ha incidido en la historia nacional.
Cada época marca la lucha a seguir y en Panamá durante casi todo el siglo XX, el compromiso más trascendente, de la juventud de ese momento era la eliminación de la quinta frontera, la nacionalización de la zona del canal, contra toda presencia imperialista en nuestro territorio nacional.
Para lograr el objetivo patriótico anti colonial, fue necesario llevar una lucha desigual contra el monstruo del militarismo oligárquico, de la Policía Nacional, así como de la Guardia Nacional…por años y que desemboca en la heroica jornada de Mayo de 1958, que logra el Pacto de la Colina.
La juventud estudiosa de todo el país, la juventud obrera, la juventud campesina destacaron en estas jornadas.
En otro momento, tendré la oportunidad de profundizar en esta etapa de lucha, que incluye al Movimiento Inquilinario de 1925 hasta nuestros días.
Otro importante punto de preocupación era por el cambio social.
Desde muy temprano vemos a este sector social comprometido con esta lucha. Podemos visualizar su actuar en diferentes coyunturas, a través de las décadas, como el Incidente Pershing, ocurrido en mayo de 1920.
En el mismo se ofrecía un homenaje al general norteamericano John Pershing, por parte del Presidente de Panamá Ernesto T. Lefevre y la clase oligárquica en el Club Unión, se buscaba que el gobierno panameño entregará la isla de Taboga para la defensa del Canal de Panamá. Ante esta situación alzaron su voz de protesta los estudiantes institutores: Diógenes De La Rosa, Menalco Solís, entre otros.
La Huelga Inquilinaria de 1925 y 1932, por la rebaja de alquileres en los arrendamientos para los obreros y personas de escasos recursos económicos, rebaja en el pago de agua y luz; el rechazo al convenio Filós-Hines en diciembre de 1947, que pretendía prorrogar a los norteamericanos por más tiempo, la posesión de bases militares en todo el territorio nacional. La misma contó con una fuerte y efervescente juventud beligerante contra este nefasto convenio que pisoteaba la dignidad nacional. Entre los jóvenes tenemos a FERDÍN JAÉN ASESINADO POR LA BAYONETA YANKI.
En esta coyuntura, la juventud panameña, también tuvo su movilización a nivel nacional, entre algunas organizaciones y escuelas que participaron en esta gesta tenemos: La Federación de Estudiantes de Panamá, Frente Patriótico de la Juventud, el Instituto Nacional, La Escuela Juan Demóstenes Arosemena, El Instituto Panamericano, entre otras.
En la década del 50, tenemos Operación Soberanía, la cual dirigió Carlos Arellano Lenox, quien fungía como Presidente de la Unión de Estudiantes Universitarios, así como compatriotas que todavía hoy siguen como ejemplo de la sociedad panameña, como el Prof. Ricardo A. Ríos Torres.
Por esos días tenemos también el Movimiento Estudiantil, Juvenil y Popular por la Democratización y Mejoramiento de la Enseñanza y el Adecentamiento Público, conocido bajo la consigna de ¡Más Escuelas, menos cuarteles!. Entre algunos de los colegios que participaron en esta gesta tenemos: Instituto Nacional, Escuela Artes y Oficios, Instituto Fermín Naudeau, Escuela Normal Juan Demóstenes Arosemena, Colegio Félix Olivares, Colegio Abel Bravo, etc, además de la Universidad de Panamá.
Vale destacar como agente de cambio a la Federación de Estudiantes de Panamá, la FEP, que estaba integrada por la Unión de Estudiantes Universitarios y la Unión de Estudiantes Secundarios.
Hoy, en el inicio de la segunda década del siglo XX es un deber reorganizar la FEDERACIÓN DE ESTUDIANTES DE PANAMÁ, FEP.
La Operación Siembra de Banderas dirigida por Ricardo Ríos Torres, quien era Presidente de la Unión de Estudiantes Universitarios.
Es importante destacar también el levantamiento de Cerro Tute de 1959, el cual fue el primer intento armado liderado por jóvenes que buscaban derrocar el gobierno de turno, inspirados en los ideales de la Revolución Cubana.
Luego tenemos la gesta del 9 de enero de 1964, la cual fue el cenit de la lucha generacional por la nacionalización del Canal. Una vez la juventud de nuestro país da su gota de sacrificio por ver este país libre y soberano. Todos los que murieron bajo las metrallas norteamericanas, eran en su mayoría jóvenes. También los más de 500 heridos en esas jornadas del 9, 10, 11 y 12 de enero de 1964.
ASCANIO AROSEMENA ES PRECISAMENTE EL CÚLMEN DE ESA HEROICIDAD, TENACIDAD Y VOLUNTAD DE LA JUVENTUD PANAMEÑA.
Ese mismo año muere asesinado un joven obrero de las fincas bananeras de Puerto Armuelles, en Chiriquí. Nos referimos a uno de los militantes sindicales, joven comunista, RODOLFO AGUILAR DELGADO, quien fue torturado hasta que se desangró y murió sin decir palabra alguna sobre el lugar dónde estaban las armas para la lucha revolucionaria en las bananeras.
La invasión del 20 de diciembre de 1989 fue otra durísima prueba para nuestra juventud, tanto civil como militar.
No se ha podido, hasta el momento, dilucidar cómo la juventud civil armada pobremente, y un grupo representativo de la juventud militar enrolada en las Fuerzas de Defensa, enfrentaron de manera desigual a los invasores yankis el 20 de diciembre de 1989 y días posteriores.
En las fosas comunes están muchos de esos combatientes.
Este breve repaso, nos permite visualizar que la juventud panameña no ha permanecido estática o simple espectadora del acontecer nacional. Siempre ha estado del lado de los intereses más puros por el progreso de la nación.
Surgen hoy nuevas tareas que deben asumir las generaciones del presente.
Ahora que ya no existe la quinta frontera, su lucha debe estar enfocada contra las políticas expoliadoras del neoliberalismo.
Pero esta lucha no la puede hacer solo, los jóvenes deben organizarse y a su vez organizar a otros jóvenes, concientizarlos para que sean seres críticos y revolucionarios ante cualquiera injusticia social, porque en ellos están cifradas todas las esperanzas para crear una sociedad con justicia e igualdad social. Debe ser agente educador en cualquiera trinchera en que se encuentra: desde su barrio, en los campos, en la escuela, en la universidad, en su trabajo. Ya que es en la práctica donde se forma integralmente. Este trabajo se debe hacer de manera conciente, ya que no es hacer por hacer o el simple activismo. Debe ser guiado por una línea ideológica clara, con principios y objetivos definidos. Ya que de lo contrario, la juventud corre el riesgo de caer presa en la alienación, preocupada sólo en las banalidades de la vida o en sus intereses personalistas, en un realismo ingenuo, en la que cree que todo lo que le venden es la “única” realidad.
Otro aspecto importante en la que debe trabajar a lo interno es en la unidad. Separados sólo logramos un favor a las clases gobernantes. Unidos se lograría un mejor resultado en las luchas. Los únicos que se sienten felices y seguros con la división del movimiento juvenil y popular panameños, son las clases dominantes del imperio y la oligarquía “panameña”.
Estamos sufriendo la post invasión del 20 de diciembre de 1989, acto cruel y sádico organizado por el imperialimo yanki.
Pero el ejemplo de las acciones de la juventud de los pueblos del planeta, así como nuestra propia acción panameña, pondrá a la juventud en su sitial de vanguardia.
Sólo cuando contemos con juventudes comprometidas en la lucha por un Panamá más justo, serán los modelos a seguir por las próximas generaciones. Se garantiza que el futuro cambie.
Inspirados en Victoriano Lorenzo, Pedro Prestán, Ascanio Arosemena, Rodolfo Aguilar Delgado, y en compañeras y compañeros que diariamente enfrentan el neoliberalismo descarado, corrupto y corruptor, sabemos que TRIUNFAREMOS.
Last modified: 22/04/2017