Los teléfonos sonaron esta mañana con audios desesperados: “Nos están disparando en Nochixtlan”, decía la voz de una maestra desde el otro lado del teléfono. Oaxaca y México despertaron hoy con el hecho de una agresión anunciada. Ya se esperaba que el gobierno federal y su necesidad de silenciar maestras y maestros para lograr hacer operar su “reforma educativa”, atacara en cualquier momento.
El contexto de lo que está sucediendo en México es que el gobierno del Partido Revolucionario Institucional, ha llevado a cabo una serie de políticas neoliberales para privatizar los recursos naturales y servicios básicos, llevando a la población a situaciones económicas realmente desesperantes.
Una de esas reformas busca privatizar la educación, que constitucionalmente debería ser gratuita. Para ello, ha propuesto un plan que el gobierno llama “Reforma educativa”, que no reforma la educación, sino que, entre otras cosas, convierte los centros educativos en espacios de inversión privada y deposita el peso de su mantenimiento en los bolsillos de las familias, paradójicamene ese peso es más gravoso cuánto más necesitadas son las poblaciones. Uno de los trucos para aplicar esta “reforma” y contener cualquier oposición ha sido hacer ver a las maestras y maestros inconformes como corruptos y perezosos que no quieren ser “evaluados” (con evaluaciones de corte neoliberal, por supuesto) y por lo tanto hay que despedirlos.
Sin embargo, el gremio magisterial en México tiene una larga historia de resistencia y lucha y ha dado una de las batallas más fuertes ante estos embates políticos. En juego está literalmente el futuro del país, el acceso a la educación de miles y miles de niños y niñas de hoy y de mañana. ¿A quiénes les convienen generaciones de futuros trabajadores de escasa escolarización o que ésta sea meramente funcional y acrítica?
Desde anoche en Oaxaca, uno de los estados donde es más organizada y fuerte la resistencia se recrudeció la represión de forma sanguinaria. Hay 6 muertos, 50 heridos y varios desaparecidos y detenidos, según las primeras informaciones.
Hoy las protestas en distintos estados del país contra esa represión están siendo criminalizadas por los medios de comunicación oficiales.
Hasta donde tengo noticia, los cuerpos policiacos han venido reprimiendo las manifestaciones de apoyo al movimiento magisterial en Tabasco, Michoacán, Chiapas y Guerrero. En la Ciudad de México se dieron, por parte de la policía, ataques misóginos y acoso sexual a las mujeres manifestantes, así como detenciones varias.
Lo que está sucediendo hoy en este país significa que hay personas en las calles luchando por el derecho de las niñas y niños a aprender a leer, a escribir y a elaborar cuestionamientos críticos a este sistema, frente a la apuesta del gobierno por poner la educación sólo al alcance de quien pueda pagarla.
Por ello, desde estas líneas me atrevo a solicitar a la comunidad internacional solidaria que por favor difunda lo que los medios oficiales silencian: el gobierno de Enrique Peña Nieto es asesino y represor y hoy nos están golpeando en las calles.
A cualquier persona que está en México y tiene algún vecino, amigo o conocido que milita, simpatiza o trabaja con los partidos políticos gobernantes del país, de Oaxaca o de la Ciudad de México, le solicito que lo interpele, le pregunte si no se le cae la cara de vergüenza por ser cómplice de tanto horror, de la venta del futuro. Imperdonable lo que están haciendo.
Finalmente, que se sepa, el pueblo mexicano no se amedrenta, se organiza y resiste.
Por: Patricia Karina Vergara Sánchez
Last modified: 24/06/2016