Descargue aquí: Manual para Juezas y Jueces sobre la Protección de los Derechos de las Campesinas y Campesinos
Creemos, sin lugar a dudas, que este libro contribuye a hacer justicia a las mujeres y hombres que han desarrollado la primera y más antigua profesión de la historia de los pueblos: la tarea central y estratégica, impostergable, de producir alimentos. Crear nada más ni nada menos que alimentos diversos, sanos, para todas y todos.
Un manual que habla de nosotros, campesinas y campesinos, debería funcionar algo así como la plaza de uno de nuestros pueblos. En la plaza nos juntamospara que corra lo vital de todas las edades, formas, esquemas y vidas; se adquiere la dificultosa y amorosa justicia del juego, el trabajo y la fiesta. Dependerá de nosotras y nosotros, pero ante todo del protagonismo y la continuidad de la lucha, que el mismo se vaya transformando en esas plazas de pueblos.
Los procesos civilizatorios generaron por milenios las estructuras de nuestras sociedades democráticas. La Revolución francesa constituye la base de la actual estructura jurídica de las sociedades modernas y contemporáneas. La expresión escrita de un marco jurídico que controle, supervise, arbitre las relaciones sociales, económicas, políticas existenciales de la persona humana inserta en las naciones-Estados ha significado, con certeza, una evolución para la humanidad. Sin embargo, privilegios, rigideces e intereses hegemónicos manipulan y controlan muy especialmente al poder judicial.
Los Miserables de Víctor Hugo es una crítica sagaz y profunda a esa supuesta revolución democratizadora asentada sobre normativas, leyes y demás que irían rompiendo privilegios de elites hegemónicas intocables a lo largo de los milenios en los procesos civilizatorios. En Los Miserables se desenmascaran falsedades en relatos que van desde lo cotidiano de comer o dormir, hasta en los hechos que alguna escuela de filosofía de la historia coloca como sustanciales y sustanciosos. Desenmascara la hipocresía del poder jurídico ante la mujer que se va derrumbando de la dignidad del trabajo doméstico a la digna prostitución para dar de comer a su hija. Un adelanto a la lucha por la equidad de género.
¿Quiénes son las miserables o los miserables? Es la pregunta, la interrogante de una obra maestra que desnuda la farsa moralista de quienes pretenden seguir imponiéndose desde los argumentos de un supuesto dios que se horroriza de las prostitutas y los ladrones de pan.
Un dios que protege y simula los errores, horrores de los señores y señoras del poder. Un dios a la medida de los que dictaminan justicia.
Se da vuelta la página del simulacro e hipocresía de quiénes son quiénes. Uno de los pasajes centrales de esta obra en la que se reconstruye simbólicamente la miseria de los quiénes y cuáles es cuando, a partir de dos campesinos, su conocimiento e información, se define el triunfo o derrota de un ejército sobre otro en la batalla de Waterloo, determinante para el rumbo de la Europa moderna. Y fueron dos campesinos y su conocimiento del territorio los que determinaron una fase crucial de la historia occidental. Sutil detalle para dar un mensaje no tanto a los que creen haber adquirido la suma del poder y el conocimiento, sino a nosotras y nosotros, sujetos desconocidos por las elites, burguesías y corporaciones anquilosadas en sus privilegios, con el manto y argumento de haber alcanzado esas posiciones por conducta, esfuerzo y trabajo. Como si el resto mayoritario de la humanidad tuviéramos por dedicación lo ridículo, no el trabajo y la creación.
Por ahí andamos en esta inmensa, fascinante, tan festiva como dolida Latinoamérica. Cada día desde hace siglos, campesinas y campesinos hemos sido catalogados, identificados, caracterizados en el substrato inconsciente emocional y en la terraza de la mente de profesionales del conocimiento, sobre todo de los juristas, como los y las miserables, algo así como lo despreciable, inculto, inservible, inútil para las sociedades, más aún para estas sociedades que han dado el salto del progreso tecnológico-científico en el cómo, qué, cuánto, de la producción de alimentos. Otra farsa, pero esta toca el destino de la humanidad sobre el planeta, en la vida tal como alcanzamos a conocerla llena de sistemas solares y galaxias.
Un solo dato de los miles que desenmascaran y desnudan esa falsa y farsa: desde que se envía soja, por ejemplo, a Asia, con el argumento moralista de disminuir el hambre, el hambre en Asia se ha duplicado, además de los daños casi irreversibles sobre bosques, biodiversidad, fuentes y cuencas acuíferas. No se trata de una afirmación o certeza inconsistente, un recurso romántico hecho datos estadísticos. Son contundentes las cifras dadas por etc Group (www.etcgroup.org).
Este libro-manual nos describe, nos relata, nos contiene, nos pone en el lugar que hemos decidido estar en la historia.Sujetos creadores de alimentos, de festividad, de arte, de culturas del trabajo comunitario, colectivo, recuperando para los procesos civilizatorios la primera, más antigua y estratégica profesión en esta humanidad de miserables dignatarios y de dignidades en la miseria.
Hacía falta un manual así en forma de libro, casi de plazas de pueblos, un libro primo cercano a Los Miserables. Celebramos a todos sus autoras y autores por la altura y dignidad para romper y desenmascarar las brutales miserias que nos rodean y pretenden detener la vida en un estado injusto de cosas y clases.
Celebramos porque en medio del horror es un canto de esperanza, y no es nada fácil construir poesía en el derecho y en las ciencias jurídicas. Canto de esperanza de un nuevo paradigma civilizatorio.
Está lograda la esperanza incluso en los relatos de horror, está ahí presente el canto infinito desde la noche hasta el día.
Fuente: Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC) – La Vía Campesina (LVC)
Last modified: 30/12/2015