Panameños han rechazado la desaparición de los 43 estudiantes normalistas en Ayotzinapa, México. Así podemos ver la manifestación de los estudiantes y docentes de la Escuela Normal Juan Demóstenes Arosemena, en la ciudad de Santiago, provincia de Veraguas en Panamá.
También a nuestro medio han compartidos mensajes y poema dedicado a los desaparecidos por Franklin Ledezma Candanedo. También fotos por Evergisto Urriola.
Queremos a nombre de nuestro Colectivo Voces Ecológicas COVEC, extender nuestra solidaridad y acciones por la justicia social y aparición de los compañeros estudiantes en México.
AYOTZINAPA ES EL DOLOR GLOBALIZADO
Homenaje a los 43 estudiantes normalistas y a todos los desaparecidos en Méjico y en el mundo.
Por: Franklin Ledezma Candanedo
Poeta y Escritor del Corinto
Bolivariano: Panamá.
Ayotzinapa es el dolor
globalizado,
cinco siglos de infamias
acumuladas
en las células de hermanos originarios
y en cada estanco de su Pacha mama
subyugada.
Ayotzinapa es el dolor
globalizado,
por viejos y nuevos imperios
sin alma,
genocidas,
bárbaros repetidos
en el tiempo,
sin tiempo para edificar
vidas,
pues la muerte diaria
es su consigna,
incluso el colapso
del planeta.
Ayotzinapa es el dolor
globalizado,
el hambre y el terror
que viven pueblos indefensos,
asolados por bacterias mortales
fabricadas
gracias a la lujuria metálica
capitalista
(ébola, cáncer, cólera
chikunguya…)
Ayotzinapa es el dolor
globalizado,
el que aún guía la espada de Bolívar
Libertador,
el fusil de Martí, Sandino
y de Fonseca Amador,
el que se hizo coraje,
dignidad
y montaña,
en Fidel Castro
y el Ché Guevara,
inmortales comandantes
revolucionarios.
Ayotzinapa es el dolor
globalizado,
es el que impulsó
la empresa redentora de Bayano, Urracá,
Prestán y León A. Soto.
Es el mismo dolor
que forjó Nacionalidad
con Justo Arosemena
y Victoriano Lorenzo,
héroe indígena de nuestro
Corinto Bolivariano.
Ayotzinapa es el dolor
globalizado,
el dolor que se hizo carne
en el Líder-Comandante
Hugo Chávez,
que siembra precedentes
de vida buena, justa, digna,
renovada,
a través de la Revolución
Bolivariana.
Ayotzinapa es el dolor
globalizado,
por la bestia (666) imperial
hegemónica,
Es el dolor de la Patria cubana
aún bloqueada
(siempre de pie,
jamás de rodillas)).
Es el de los 16 territorios
coloniales existentes,
el de pueblos enteros
contaminados
con minas a cielo abierto,
proyectos tantos inconsultos
y la fragmentación de la tierra…
por petróleo.
Ayotzinapa es el dolor
globalizado,
es el que viven las Abuelas
de Plaza de Mayo,
el de los cinco héroes antiterroristas
cubanos.
Es el mismo dolor que sepultó
y sepulta
derechos fundamentales:
Libertad de Expresión,
Trabajo y salario dignos,
paz, justicia,
libertad.
Ayotzinapa es el dolor
globalizado,
por muros de vergüenza
de ayer y hoy
construidos en la piel terrena
sometida:
Ceuta (España), Sahara Occidental,
Gaza
y en el corazón de los hermanos
mejicanos.
Ayotzinapa es el dolor
globalizado,
que impacta nuestro Norte
que es el Sur:
el planeta entero.
Es el dolor marino
Boliviano
el que padecen
los heroicos argentinos
sin Las Malvinas,
el que sentimos por el genocidio
de patriotas vascos,
saharauies, africanos
y palestinos.
Ayotzinapa es el dolor
globalizado,
es el dolor por la corrupción
institucionalizada,
que cabalga libre
sobre el lomo
del planeta,,
por la explotación
de los humildes,
la falta de salud,
educación
y por la ausencia
de solidaridad.
Ayotzinapa es el dolor
globalizado,
por la narco política
y el demonio del
capitalismo salvaje vigentes.
Es el de la humillación milenaria
de las autóctonas raíces,
el despojo campesino
de sus tierras,
la reiterada violación
a los derechos humanos
y por una justicia en todos lados
anquilosada.
Ayotzinapa es el dolor
globalizado,
el de niños-obreros
sin vida de calidad,
sin nada;
es el dolor de mujeres
indefensas,
subordinadas a estatutos
que jamás, jamás castigan
el femicidio.
Ayotzinapa es el dolor
globalizado,
que recorre cada estanco
del hábitat colectivo,
por la imparable degradación
ambiental
propia de la codicia
mercantil,
que ha decretado la extinción
irreversible
de la flora, la fauna
y de toda la riqueza
natural.
Ayotzinapa es el dolor
globalizado,
repetido en el ADN
de afro descendientes,
tercera edad,
discapacitados
e inmigrantes,
que no tienen esperanzas
ni futuro,
a quienes sólo la muerte
les pisa los talones,
mientras la demagogia hace fiesta
en todas partes.
Ayotzinapa es el dolor
globalizado,
es el dolor hecho
rebeldía,
espinas sin rosas
que se clavan en la corteza
de mercaderes
desalmados
y humillan al imperio
y a incondicionales secuaces,
que reptan y ofenden
al universo entero.
Ayotzinapa es el dolor
globalizado,
el que impide olvidar
a Kadaffi, Arafat
y a Mandela,
paradigmas nacionalistas,
innovadores.
Es el dolor de los indignados
de la tierra,
que tienen como techo
las estrellas,
mientras el neoliberalismo
depredador
les regala plomo,
analfabetismo
y miseria.
Ayotzinapa es el dolor
globalizado,
es tu dolor,
mi dolor,
el dolor de todos los crucificados
por la bestia
hegemónica
y adláteres corruptos;
es el dolor de un mundo
a la deriva,
sin paz, sin justicia,
sin libertad.
¡Ayotzinapa es el dolor
Globalizado¡
Panamá, 13 de noviembre de 2014.
Last modified: 20/11/2014