No hay símbolo más florecido y refulgente de la vida que viene, del pasado remoto que nos acompaña siempre, que las semillas: germen del futuro, legado común que los pueblos brindan vez tras vez, en su amorosa y profunda relación con la Naturaleza.
Las semillas, y la libertad de guardarlas y compartirlas, son también el símbolo de esta relación con la Naturaleza: con el suelo, con la tierra, con las demás personas. Preocupa y no deja de extrañar que las leyes restrictivas relacionadas con las semillas insistan en perseguir sobre todo que la gente las guarde y las comparta.
Pero América Latina y el mundo entero bulle de proyectos agroecológicos, muchos de ellos de raíz campesina, donde la gente cuida su bosque, su monte, las relaciones que hacen posible la presencia y el flujo del agua, del suelo profundo y fértil. Cultivando lazos comunitarios, proyectos creativos que nos permitan resolver lo que más nos importa, habremos de arribar a la soberanía que nos brinda resolver nuestra propia alimentación, salud, educación; nuestros modos de respeto y equilibrio: cuidados profundos para la vida que viene.
Contenido
– Editorial: la vida que viene siempre
– Antioquia, Colombia: un recorrido en la construcción de propuestas de soberanía alimentaria, por Tarsicio Aguilar Gómez.
– “Tribunal da la razón a la Red de Mujeres Rurales y anula decreto que restringía comercio de semillas criollas”
– Colombia: la Red de Guardianes de Semillas de Vida-Nariño
– Ecuador: importante labor en la conservación y sobrevivencia de las semillas campesinas en Manabí: Casa de semillas
– Brasil: la historia que cultivo
– Argentina: colectivización de la semilla: vida y abundancia en manos de las comunidades
– Ecuador: historias agazapadas
– Cuando la industrialización toca a la semilla es tiempo de actuar
– Honduras: nuevas leyes, mecanismo de despojo y violación de derechos a campesinos e indígenas
Fuente: Biodiversidad.org
Last modified: 01/09/2021