N° 44. Panamá, Año 4. 7 de julio de 2020.
El Segundo Acto
Ya dio inicio el segundo acto del circo legislativo con la presentación del Informe a la Nación del presidente Cortizo. Parece mentira lo rápido que pasó el primer año de gestión.
Es que entre despilfarro de fondos públicos y promesas políticas evaporadas al calor de la corrupción galopante que caracteriza al gobierno no nos hemos dado abasto y el tiempo se pasó volando.
Los gavilanes se reunieron en el Monte del Olimpo terrenal con un rico pulpo a la brasa y allí acordaron la repartición del pastel legislativo. ¡Vaya usted a saber qué otras cosas más se repartieron! ¿Será que acordaron también darle un sombrerazo al secretario del señor juez y con ello llevarse por delante sin un mínimo de agradecimiento y ninguna explicación a la regente de la cartera de salud en medio de esta pandemia? ¿Quién y por qué se cambia caballo a la mitad de la carrera? ¡Corren las apuestas!
Solo nos quedó escuchar el informe de los sueños y promesas incumplidas del presidente. Presenciamos por televisión esta puesta en escena ambientada en la guarida de las ratas, en esta ocasión vestidas todas de blanco. Los cantos de un inepto, incapaz e incompetente fueron recibidos por los aplausos de un coro de magos. Sí: magos. ¿No lo han notado? La magia es el fuerte de este circo. Si no, pregúntenle al Chico de Oro de las tierras de Nomé y sus inflados ventiladores que nunca llegaron, aun cuando prometían que podrían salvar muchas vidas. ¡Deben estar volando en otros cielos! Otro negocio frustrado del Niño de los Dientes. Campaña Espacio Encuentro de Mujeres de Leche que nos ha salido precoz: ha aprendido a meter la mano antes de caminar. Cuando aprenda a caminar “en los zapatos del pueblo”, ¡a huir!
Señor presidente, ¿por qué en esta misa de lamentos y penurias botó el único Rosario que tenía y del cual parte de la población se colgaba con la esperanza de salvarse de este virus que nos corona con la muerte? El Rosario y su equipo han recibido una patada en medio de esta pandemia generando las penumbras propias de las preguntas sin respuestas, justo en el momento en el que la mayoría esperábamos ver la luz al final del túnel y en el que, en lugar de ello, contamos ya 700 muertes.
El Rosario no pudo evitar que COVID-19 desnudara la vergonzosa desigualdad existente en el país y de la cual nadie en las altas esferas gubernamentales quiere hablar. Es que si no reconocen la desigualdad que existía antes pueden seguir negando que la misma es producto del constante asalto a las arcas del Estado y de la imposición de los intereses económicos de las élites por encima de la ciudadanía, —deporte por excelencia de gobiernos anteriores y post invasión—, y así hacer creer que toda inequidad y debilidad del sistema de respuesta estatal es reciente y culpa del virus. ¡Qué útil ha resultado este virus! Ahora es culpable de todo, todo. Hasta de que alguna que otra estrella no brille.
Señor presidente: queremos que nos aclare todos los actos de corrupción sonados desde el primer día de su gobierno; que nos detalle en cuántos millones de dólares el país que tanto dice querer va a quedar endeudado gracias a la pandemia. Que nos diga en qué, cómo y cuándo va a gastar ese dinero el gobierno nacional. ¿Será que el pueblo algún día lo sabrá?
De esta pandemia nos quedaremos con muertes y hambre, sin la posibilidad de pensar remontar el vuelo como las garzas de aquel palacio que partieron no por miedo al contagio, sino por terror a las tres “i” que definen al gobernarte de turno: ineficiencia, incompetencia e ineptitud. Total, el tiempo nos ha demostrado que esas tres, —la ineficiencia, la incompetencia y la ineptitud—, son más mortales que el COVID-19. Ay ¡quien fuera garza!
Por: Espacio Encuentro de Mujeres
Last modified: 08/07/2020