Un coronavirus es la causa de la enfermedad COVID-19. Esta enfermedad se ha expandido por el mundo entero gracias a que se contagia de un ser humano a otro. Como los seres humanos nos movemos a otros sitios por diversas razones y tenemos excelentes medios de transportación, hemos transportado este virus a diferentes partes del mundo. Como resultado el COVID-19 se convirtió en una pandemia a nivel global.
El COVID-19 es una enfermedad infecciosa que afecta principalmente al sistema respiratorio. Como este coronavirus es nuevo, no existe una vacuna para la enfermedad infecciosa. Los médicos tratan a sus pacientes con antivirales y plasma de otros pacientes recuperados.
Los distintos gobiernos han tenido que tomar fuertes medidas para controlar el coronavirus. Entre estas se encuentra el que las personas se queden en sus casas, el toque de queda, el cierre de las agencias gubernamentales, del comercio y la industria, entre otras.
Como las industrias y el comercio están paralizados en casi todo el planeta, la atmósfera se encuentra más limpia, lo que retarda el cambio climático. Pero, ahora que toda la atención y los recursos se han dirigido al control del virus, los esfuerzos para aminorar el cambio climático han disminuido.
China fue el país donde empezó la enfermedad del COVID-19 y también es el primer país que más gases de invernadero emite hacia la atmósfera. Su principal fuente de energía es el carbón que cuando se quema emite el Bióxido de Carbono (CO2), principal gas de invernadero. Los gases de invernaderos inducen el calentamiento global.
El hecho de que este coronavirus y la enfermedad del COVID-19 hayan aparecido por primera vez en China, eso no significa que se originó allí.
El mismo pudo haberse originado en otro país y ser llevado a China por personas contagiadas. Existen bastantes discusiones sobre donde se originó este coronavirus, pero ninguna tiene base científica.
Este coronavirus ha cambiado nuestros hábitos de vida. Las fuertes medidas de prevención tomadas en los distintos países nos garantizan que al final de éstas, ya nada será igual. Surgirán muchos cambios sociales, políticos y económicos.
Una pandemia de tal magnitud nunca había surgido sobre la Tierra, al menos en tiempos modernos. Es verdad que otras fuertes pandemias, como el Spanish Flu de 1918, produjo cerca 50,000,000 millones de personas muertas, por ser ésta más letal que el COVID-19.
Uno de los grandes problemas que plantea esta enfermedad es que por ser novel, no existe una vacuna que la prevenga.
Los costos asociados con el COVID-19 (Cierre de la economía, cierre de agencias gubernamentales no esenciales, pago a empleados que no están trabajando, toque de queda, gastos médico-hospitalarios y otros) son extremadamente elevados. Se espera una fuerte recesión económica a nivel global, cuando finalice el COVID-19.
Esta enfermedad no ha dejado indefensos por sus efectos colaterales asociados. Los distintos gobiernos han tenido que hacer pagos de transferencias a sus ciudadanos para que puedan afrontar esta situación.
En nuestro planeta todos decimos a una sola voz: ¿Cuando pasará esta enfermedad?
Esperamos que sea pronto y que los distintos gobiernos se enfoquen en cómo controlar el cambio climático.
Por: Dr. Carlos Pérez Morales. Geógrafo/Historiador
Last modified: 02/06/2020