Corría el año de 1960, cuando se encontraron los cuerpos de Minerva, Patria y María Teresa Mirabal en el fondo de un acantilado en la costa de la República Dominicana. Para Trujillo, dictador dominicano de ese entonces, este acontecimiento fue un “trágico accidente”.
Tres mujeres, tres hermanas asesinadas a garrotazos por ser pioneras de la lucha clandestina antitrujillista. Crecieron en el seno de una familia acomodada de Ojo de Agua. Desde temprana edad, estas hermanas lucharon por la libertad política de su país oponiéndose, de manera firme, a la tiranía opresora de Rafael Leonidas Trujillo. Según sus compañeros de lucha, “Las Mariposas” -como las conocían- conducirían al país a un cambio. Así, fundaron el grupo de oposición “Agrupación Política 14 de Junio”.
Las hermanas Mirabal no parararon en sus actividades de lucha social. Por esta razón fueron encarceladas y torturadas por varias ocasiones. Sin embargo, ellas tomaron la decisión de seguir luchando hasta terminar con la dictadura. En una ocasión, de visita a sus esposos en la cárcel, estas hermanas les comentaron sobre los rumores que daban cuenta de que ellas sufrirían un “accidente” (este término era conocido cuando el régimen de turno ordenaba la desaparición de opositores importantes para ocultar el crimen).
Regresando de prisión, miembros del Servicio de Inteligencia Militar detuvieron el jeep en el que volvían las hermanas. Fueron introducidas en un coche a la fuerza para, posteriormente, ser llevadas a un lugar donde las mataron a golpes y plantaron sus cadavéres en el automóvil, mismo que fue arrojado al precipicio.
Cincuenta y nueve años después, retumba en todos los rincones la frase de Minerva Mirabal: “Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte” como símbolo de la lucha de las mujeres que se mantienen constantemente en resistencia ante los regímenes violentos que no aceptan disidencias y, como única solución, llevan a cabo atroces desapariciones y asesinatos.
Este grito, este suceso es un homenaje a todas esas mujeres que no callan ante los abusos de género a nivel doméstico, laboral, educativo. Es un grito de denuncia a las violaciones y acosos sexuales. Es un grito de resistencia ante la tortura y prisión de mujeres por razones políticas. Es un grito contra el extractivismo, terricidio, militarismo y la deshumanización, escenarios donde todavía está presente el dominio de los territorios geográficos y corporales de las mujeres. Es un grito de #NiUnaMás. Es el grito contra la violencia: #VivasNosQueremos.
Por: Gabriela Albornoz
Fotografía: Represión a mujeres indígenas en Bolivia. Otra de las formas de violencia a las mujeres.
Last modified: 25/11/2019