Educadora popular feminista, economista y activista por mas de 40 años de los derechos humanos, miembra de organizaciones de mujeres de Panamá y la región, Mariela Arce es de esos seres que no descansan o que algunas cosas que nos pasan a las mujeres le quitan el sueño. El momento propicio de entrevistarla, es justo ahora que han pasado algunos meses luego de pasados unos meses de la firma del V Pacto “Mujeres, Desarrollo e Igualdad, Agenda de las Mujeres” en el que seis de los siete candidatos y la candidata a la Presidencia de la República, se comprometieron a incluirlo en sus planes de gobierno con miras a la construcción, el diseño y la inplementación de políticas públicas para garantizar los derechos de todas las mujeres en el país a través de medidas que garanticen los derechos de todas las niñas, adolescentes, mujeres adultas y adultas mayores en el país sin ningún tipo de exclusión.
Desde 1992 las organizaciones de mujeres han contribuido con sus ideas y aportes a la búsqueda de soluciones que pueda viabilizar las políticas necesarias. En general ¿Qué avances se han dado de aquella fecha a la actualidad?
Para entender la dinámica actual, debemos ver un poco la historia de los procesos de incidencia en políticas públicas hacia la igualdad, hay que contextualizar lo que vivimos hoy, este proceso de la década de los 90s se dió en un momento de vacío institucional después de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Abonó a este proceso los acumulados desarrollados en los 80s con diversos activismos, desde estudios sobre las discriminaciones de género y las violencias del CEDEM y otros aportes innegables desde la academia (Taller de Estudios de la Mujer- TEM); hasta las organizaciones históricas de mujeres como UNAMUP, la revista Vamos Mujer, el Programa de Mujer de Cáritas, la organización de pobladoras Nueva Identidad, el colectivo Comité Clara González, mujeres sindicalistas e indígenas, pastorales de la mujer y el Programa de género de CEASPA, entre otras muchas.
En este contexto, el Programa de género del CEASPA en 1992, que impulsaba las Escuelas metodológicas de liderazgo de mujeres rurales, logró un convenio con UNICEF Panamá para desarrollar un proyecto cuyo principal resultado fuera una propuesta de Plan de Igualdad de Oportunidades elaborado participativamente. Fue el primer proceso de incidencia en políticas públicas usando la metodología de Educación Popular en Panamá. Para hacerlo se trabajó un proceso de convocatoria y en noviembre de ese mismo año se hizo el Primer Encuentro de mujeres enTaboga. En ese evento se hizo el primer pacto de reconciliación post invasión; este paso histórico ha sido invisibilizado pues lo hicimos las mujeres, ciudadanas, activistas de sociedad civil.
Recuerdo que éramos 50 mujeres de todo el país, mujeres que habían estado a favor de la invasión y mujeres en contra, y otras que no asumimos esta falsa dicotomía de democracia vs soberanía; en esta diversidad todas estábamos conscientes de la ausencia de una política hacia la igualdad, así luego de debates y análisis político de riesgos, se crea el Foro Mujer y Desarrollo con el propósito de elaborar un Primer Plan de Igualdad…un año después de trabajar en once mesas temáticas con cientos de reuniones en provincias, y con cinco encuentros nacionales con asistencia técnica de Unicef (Rosa Paredes, Magaly Pineda, etc.) tuvimos el Plan mujeres y Desarrollo 1994-2000. La redacción final estuvo a cargo de Ileana Golcher y de Carmen Núñez. Edición de Hans Roeder, diseño de Heriberto Valdez.
Ya elaborado se realizó la firma del primer pacto en Atlapa en 1993 con los 14 partidos y delegaciones de todo el país; posteriormente ya con el gobierno de Pérez Balladares andando, conseguimos negociar el primer Programa de Cooperación de la Unión Europea para políticas de igualdad, llamado Pro Igualdad para implementar áreas vitales de este Plan e institucionalizar el enfoque de género y su arquitectura institucional; luego siguió este rollo hasta el día de hoy…
Podemos decir que hay avances legales, como el mecanismo nacional para la Igualdad. Sin embargo, existen brechas entre los avances institucionales formales y la realidad de violencias que vivimos las mujeres. Carecemos de una política sobre los derechos sexuales y reproductivos que permita educar a la niñez y juventud; garantizar el acceso libre, seguro e informado al aborto; el empobrecimiento de las mujeres y de sus familias es una vergüenza nacional e internacional. Un país con áreas super modernas del siglo XXI, con una administración pública del siglo XIX y una corrupción y expoliación de bienes y tierras públicas del feudalismo.
Con la elección del nuevo gobierno, los primeros pronunciamientos acerca de las figuras que compondrán el gabinete y las instituciones del Estado, estaban en desproporción evidente de participación política de mujeres y hombres, luego eso cambió. ¿Qué lectura dan de esta situación las organizaciones que están comprometidas con dicho Pacto?
Es uno de los gobiernos que a la fecha ha nombrado más mujeres en puestos de dirección, sin embargo, es evidente que no hay paridad. La mayoría de los ministerios donde están las mujeres son los de la Agenda social (Salud, Educación, Desarrollo Social, Trabajo) y en donde se tendrán las principales fuentes de conflictos sociales en caso de impulsar reformas neoliberales y privatizadoras.
Entre los planteamientos del V Pacto, estaba crear un Ministerio de Asuntos Indígenas y su correspondiente instancia de equidad de Género. ¿Qué tanto se velará por la inclusión de la mujer en ese sentido?
Las mujeres indígenas, están bien organizadas, el rol de CONAMUIP es innegable, al igual de sus Coordinadoras Comarcales y Regionales. Existen mujeres con liderazgos fuertes y con capacidades de cabildeo y poder político, el avance de este Ministerio y el rol de las mujeres, estará en sus manos y la capacidad de concretar Alianzas para esto. Todas debemos apoyarlas.
Una debilidad actual es la falta de información desagregada en sectores como la salud, por tanto, se dificulta la creación de políticas para poblaciones vulnerables. ¿Qué mecanismos se plantean de cara al censo para asegurar haya logros en este aspecto contemplado en el pacto?
En diversas propuestas se han presentado a lo largo de los últimos años, tanto en gestiones anteriores del mecanismo, como de organismos de desarrollo y de mujeres. Solo hay que articular esfuerzos para lograr incidir en aspectos medulares que permitan visibilizar las deudas sociales con la igualdad y las asimetrías e injusticias en especial de poblaciones empobrecidas y excluidas.
Como mecanismo para monitorear los avances en el cumplimiento de este V Pacto, se sugiere la articulación entre agrupaciones y sectores del movimiento social con el Consejo de la Concertación Nacional para el Desarrollo. ¿Qué experiencias han tenido con esta dinámica? ¿Es viable para seguirla desarrollando?
Es una propuesta que se tiene que diseñar y operativizar en este nuevo escenario de gobierno y un posible nuevo Ministerio de las Mujeres. Sin embargo, con o sin este mecanismo formal, desde la autonomía de las organizaciones, continuaremos elaborando las investigaciones, auditorías sociales, informes sombras y demás acciones que muestren los avances y las deudas pendientes con nuestro derecho a la igualdad sin violencias.
Han surgido nuevas organizaciones de mujeres. Ante este contexto, ¿qué retos se plantea para integrarlas en el Pacto Mujeres, Desarrollo e Igualdad 2019-2024?
La existencia de nuevas organizaciones de mujeres hay que celebrarlo, pues permite la evolución histórica de las luchas por la igualdad y la justicia. No obstante, estas organizaciones tienen sus agendas que hay que respetar. La Agenda de incidencia en políticas públicas no es de interés de todas, pero aquellas que les interese debemos de establecer diálogos intergeneracionales, interseccionales, para lograr objetivos de interés común. Es un momento de peligro para los avances institucionales y debemos de articular alianzas ante sectores fundamentalistas.
Por Sharon Pringle Félix
Last modified: 12/08/2019