Por: Miguel Ramos (Economista)
En 1977, el equipo negociador de los Tratados de Canal de Panamá estaba muy consciente de los aspectos negativos de los mismos. Sin embargo, aceptaron tomar el riesgo porque uno de los dos tratados establecía que el 31 de diciembre de 1999 revertía a la jurisdicción panameña el canal y el retiro de las bases militares como efectivamente ocurrió, lo que en términos históricos fue un gran paso adelante.
Panamá tanto como sociedad y como pueblo aspira a ser un estado nacional independiente desde 1821. Pero dicho proceso ha sido complicado, contradictorio, accidentado y sumamente lento.
Ya Carlos Marx en su ensayo titulado “La revolución española” apuntaba en torno a la lentitud de los procesos de modernización española y que ni siquiera la transición de 1978 ha completado, porque España tiene aun cuentas pendientes con su pasado franquista que no ha cerrado.
El caso de Panamá no se han completado las tareas de la revolución democrática: independencia nacional, desarrollo económico equilibrado e incorporación de todos los sectores sociales a la modernidad sin exclusiones.
Los tratados de 1977 fueron un avance en esa vía en el marco de un proceso histórico muy contradictorio y que se dio independientemente de la voluntad de los protagonistas de los hechos y así es como deben evaluarse estos sucesos.
La invasión de Panamá no se dio porque el Tratado de Neutralidad se le añadió la enmienda de Concini. La invasión se dio porque el imperio actúa como imperio y los imperios no necesitan de tratados internacionales para desatar guerras o invadir países.
En este momento se debe luchar para completar lo que no se culmino en 1977: efectiva independencia nacional, desarrollo económico equilibrado, incorporación de toda la sociedad a la modernidad sin exclusiones y la lucha por la promulgación de un estatuto de Neutralidad del Canal y de la Republica de Panamá que suplante el tratado de Neutralidad de 1977 con sus derivaciones de los Acuerdos Salas Becker, Zubieta Becker y similares que hacen de Panamá una republica tutelada.
Foto: Lilian Ruiz
Last modified: 18/09/2018