Esto se produce al tiempo que más de 300 obispos católicos han criticado las políticas de inmigración del gobierno estadounidense encabezado por el presidente Donald Trump. Los obispos exigieron que se ponga fin a la separación de los niños migrantes de sus padres y condenaron la política del fiscal general, Jeff Sessions, de revertir el derecho de los sobrevivientes de violencia doméstica a buscar asilo en Estados Unidos.
El monseñor Brian Bransfield expresó: “Separar a los bebés de sus madres no es la respuesta, y es inmoral”.
Esas eran las palabras del monseñor Brian Bransfield, quien leyó una declaración emitida por la Conferencia Nacional de Obispos Católicos durante su reunión de primavera, que se celebró esta semana en la ciudad de Fort Lauderdale, en el estado de Florida.
El monseñor Brian Bransfield continuó: “Esta decisión ignora décadas de precedentes que han ofrecido protecciones a las mujeres que huyen de la violencia doméstica. Si no se anula, esta decisión va a deteriorar la capacidad de asilo para salvar vidas, particularmente en casos que involucran a solicitantes de asilo que son perseguidos por actores privados”.
La declaración de los obispos se produjo después de que la Convención Bautista del Sur votara el martes, por unanimidad, una resolución que incluye un llamado para mantener juntas a las familias. Por su parte, el reverendo Franklin Graham, partidario de Trump e hijo del fallecido evangelista Billy Graham, declaró a la cadena televisiva cristiana Christian Broadcasting Network que resultaba “vergonzoso” y “terrible” ver a las familias destrozadas.
Tomado de Democracy Now!
Last modified: 17/06/2018