DE LOS EDITORES: En una larga jornada de acción de cinco días, del 11 al 15 de octubre, en contra de la crisis climática, una coalición de varias organizaciones ambientales y de pueblos indígenas organizaron una gran movilización en Washington DC llamada La Gente contra los Combustibles Fósiles (People vs. Fossils). Esta es una de las muchas acciones organizadas por una coalición más grande de cientos de organizaciones en los EEUU bajo el estandarte Reconstruir sin fósiles (#BuildBackFossilFree). Durante las muchas jornadas de lucha hubo un total de 655 activistas arrestados, 55 de los cuales habían tomado la Oficina de Asuntos Indígenas, de donde fueron desalojados con extrema violencia.
En la histórica toma de la Oficina de Asuntos Indígenas, dijeron en un manifiesto:
Demandamos
Al Presidente Biden ejercer su autoridad ejecutiva para detener los combustibles fósiles
Demanda # 1: El presidente Biden debe dejar de aprobar proyectos de combustibles fósiles y acelerar el fin de la era de los combustibles fósiles.
Él puede ordenar a las agencias de su administración hacer uso de su autoridad, bajo las leyes ya existentes, para rechazar proyectos de combustibles fósiles. Esto incluye:
- Detener todas las aprobaciones de proyectos de infraestructura de combustibles fósiles. El presidente Biden puede aplicar la misma lógica que utilizó para cancelar el oleoducto Keystone XL a todos los proyectos de infraestructura de combustibles fósiles de inmediato. Él puede ordenar a las agencias federales que hagan uso de su autoridad bajo las leyes ya existentes como la Ley de Política Ambiental Nacional y la Ley de Agua Limpia para rechazar las solicitudes de permisos federales para todos los proyectos de infraestructura de combustibles fósiles, incluidos oleoductos, terminales de importación y exportación, instalaciones de almacenamiento, refinerías y plantas petroquímicas.
- Que cumpla con su promesa de prohibir las concesiones federales y la perforación de combustibles fósiles: El presidente Biden debe detener de inmediato las concesiones y los permisos federales de extracción de combustibles fósiles en tierras y aguas públicas, debe completar la revisión integral y el reglamento del programa de concesiones federales e instruir a la Secretaría del Interior prohibir permanentemente las ventas de arrendamiento para combustibles fósiles y promulgar una disminución controlada de la producción de combustibles fósiles consistente con limitar el calentamiento global a no más de 1,5 grados Celsius. También debe instruir a la Secretaría del Interior para que trabaje con el Fiscal General para revisar la legalidad de las concesiones de combustibles fósiles ya existentes en tierras y aguas públicas y cancelar los arrendamientos emitidos incorrectamente.
- Detener las exportaciones de combustibles fósiles. El presidente Biden debe restablecer la prohibición a la exportación de petróleo, a través de una declaración bajo la Ley de Emergencias Nacionales (ver Demanda # 2) y ordenar al Departamento de Energía que rechace las solicitudes de exportación de gas en la medida permitida por la Ley de Gas Natural.
Antecedentes y fundamento: Poner fin a la producción de combustibles fósiles es la única forma de prevenir una catástrofe climática irreversible. El ochenta y cinco por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero en los Estados Unidos provienen de los combustibles fósiles. Con sólo quemar el petróleo, gas y carbón que ya están en desarrollo — donde se construye la infraestructura y se hunde el capital — calentará el planeta mucho más allá del peligroso límite de 1,5 grados centígrados. Para mantener un clima habitable, debemos detener de inmediato la expansión de los combustibles fósiles y eliminar gradualmente el desarrollo de combustibles fósiles existente antes de que se agoten las reservas. El presidente Biden puede y debe liderar esta transición urgente para frenar los combustibles fósiles a través de un decreto ejecutivo.
Poner fin a la era de los combustibles fósiles también es una necesidad de salud pública y de justicia ambiental. Las comunidades de afrodescendientes, indígenas y de color, de asiáticos y habitantes de las islas del Pacífico (AAPI) y de la clase trabajadora, se ven desproporcionadamente perjudicadas por los proyectos de combustibles fósiles, debido al racismo ambiental generacional. Las comunidades que viven cerca de la producción de combustibles fósiles se ven obligadas a respirar aire muy contaminado, lo que puede provocar graves daños a la salud, incluido el cáncer. Una de cada cinco muertes prematuras en todo el mundo es causada por la quema de combustibles fósiles.
Para cumplir su promesa de ser un defensor de la justicia ambiental, del clima y protector de la biodiversidad, Biden debe actuar rápidamente para comenzar la eliminación gradual de la producción de combustibles fósiles en todo el país a través de una transición justa que proteja a los trabajadores y las comunidades, y frene las crisis climáticas y de extinción.
Demanda # 2: El presidente Biden debe declarar una emergencia climática nacional y lanzar una revolución de energía renovable justa.
Puede hacer esto firmando una orden ejecutiva que declare una emergencia climática bajo la Ley Nacional de Emergencias, que desbloqueé los poderes legales únicos. Estas facultades desbloqueadas le permitirán:
(a) Restablecer de inmediato la prohibición de exportación de petróleo crudo.
(b) Instruir al Secretario de Defensa que desvíe una parte del gasto militar para llevar a cabo un programa de construcción rápida de proyectos de energía renovable para satisfacer una parte significativa de las necesidades de energía de la nación.
(c) Invocar la Ley de Producción de Defensa para proporcionar garantías de préstamos críticos y asegurar un desarrollo integral de un desarrollo de energía renovable justo y así generar millones de buenos empleos sindicales.
Antecedentes y fundamento:
Desde la sequía hasta los mega incendios destructivos y las inundaciones devastadoras, la emergencia climática provocada por combustibles fósiles ya está afectando a millones de vidas. Todos estamos sintiendo su impacto, y las comunidades afrodescendientes, indígenas, de color, de la AAPI y de la clase trabajadora son las primeras y las más afectadas.
La solución a la crisis también es clara: debemos transformar nuestra economía extractivista y sistemáticamente racista, en una que sea justa y renovable.
Al declarar una emergencia climática nacional, el presidente Biden puede cumplir con su promesa de “enfocar a todo el gobierno” hacia un liderazgo climático, haciéndose cargo de una generación rápida y justa de energía renovable, y lanzar el mayor estímulo laboral desde la Segunda Guerra Mundial.
Líderes del Congreso han encabezado un llamado para que el presidente Biden utilice sus poderes de emergencia para abordar la crisis climática, incluyendo el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, y el senador Jeff Merkley. Los representantes Alexandria Ocasio-Cortez y Earl Blumenauer, junto con el senador Bernie Sanders y decenas de otros congresistas, co patrocinaron un proyecto de ley que exige que Biden declare una emergencia climática.
Declarar una emergencia climática desbloquearía tres acciones críticas con aplicaciones específicas.
Primero, le permite a Biden restablecer la prohibición que por décadas se tuvo de las exportaciones de petróleo crudo. En segundo lugar, Biden puede invocar la Ley Nacional de Emergencias para reorientar una parte del gasto militar para llevar a cabo un programa de construcción rápida de proyectos de energía renovable en todo el país.En tercer lugar, Biden puede usar la Ley de Producción de Defensa, la misma ley que usó para responder a la crisis de COVID-19, para supervisar una inversión coordinada en toda la economía sindicalizada, en el desarrollo de una energía justa y renovable.
Primero, le permite a Biden restablecer la prohibición que por décadas se tuvo de las exportaciones de petróleo crudo. En 1975, el Congreso prohibió las exportaciones de petróleo por motivos de seguridad nacional. Cuatro décadas después, en 2015, el Congreso levantó esta prohibición, pero otorgó al presidente la facultad de restablecerla en cualquier momento de forma anual en virtud de la Ley Nacional de Emergencias. Hoy, Estados Unidos exporta alrededor de una cuarta parte de todo el petróleo producido en el país. Biden no puede abordar la emergencia climática o proteger a las comunidades en el Golfo amenazadas por la construcción de nuevas terminales de exportación, sin utilizar la autoridad otorgada por el Congreso para restablecer la prohibición de las exportaciones de petróleo.
En segundo lugar, Biden puede invocar la Ley Nacional de Emergencias para reorientar una parte del gasto militar para llevar a cabo un programa de construcción rápida de proyectos de energía renovable en todo el país. El programa debe priorizar la distribución, programas comunitarios solares, eólicos y de almacenamiento de baterías, ubicados en entornos ya degradados. Al hacerlo, generará una cantidad sustancial de nuevos puestos de trabajo para el sustento de las familias.
En tercer lugar, Biden puede usar la Ley de Producción de Defensa, la misma ley que usó para responder a la crisis de COVID-19, para supervisar una inversión coordinada en toda la economía sindicalizada, en el desarrollo de una energía justa y renovable. Biden debe proporcionar garantías críticas de préstamos: (i) a los productores de energía limpia, incluyendo a las comunidades y cooperativas, para ayudar a cubrir los costos iniciales de la nueva generación renovable; (ii) a los propietarios de edificios y viviendas para la electrificación de edificios, la climatización y las mejoras de eficiencia energética, dando prioridad a las comunidades con propietarios e inquilinos de bajos recursos y BIPOC (personas afrodescendientes, indígenas, y de color) para maximizar los beneficios de la democracia energética; y (iii) obligar a las empresas de servicios públicos a transformar el sistema de red atrozmente desactualizado e inseguro con tecnologías que estén alineadas con un sistema de energía moderno, descentralizado y resistente. Al hacerlo, Biden puede destinar recursos y empleos a comunidades de bajos recursos y comunidades de color que son las más afectadas por la contaminación por combustibles fósiles y la emergencia climática.
Por: Build Back Fossil Free. La Coalición Build Back Fossil Free (Reconstruir sin Fósiles) es un conlomerado de cientos de grupos que representan a millones de personas en Estados Unidos de Norteamérica, que luchan por la justicia climática, racial y económica se están uniendo para garantizar que Biden se convierta en el presidente climático que prometió ser.
Tomado de: awasqa.org
Last modified: 16/10/2021