Nada que celebrar, nada de júbilo, ni encuentro de culturas. Una fecha marcada en cada día de la gente de Abya Yala, que resiste a un modelo de desarrollo explotador, traficante de sueños y muertes por doquier a cualquiera hora del pueblo latinoaméricano.
El 12 de octubre de 1492, fue el inicio de la insurrección popular ante el impositivo pensamiento dominante y hábitos colonizadores, que ha tratado en cada crisis económica de filtrar, bajo el pregón de salvaguardar el porvenir de los futuros, sin pensar que los presentes cargan una gran deuda eterna.
Sigue nuestra América desangrándose, por la falsa y permanente política del despojo, de la mediocridad minúscula del opresor, que reinventa las crisis sociopolíticas para imponer fórmulas de remedios capitalistas, reformas, y reestructuraciones financieras, que van de la mano de la explotaciones de los bienes ecológicos para sellarlos en las bolsas de valores. Mientras a los pueblos le repiten el ciclo histórico del sufrimiento y olvido, como aún permanecen muchos de los pueblos, afros, originarios y campesinos.
Panamá, punto geopolítico, istmo desarmado y apuñalado por una megaobra marítina, sostiene esos dictámenes históricos de la circulación de capitales y mercaderes de los corsarios y piratas financieros del globo. Que nos mantienen en la desigualdad social productos de sus actos de corrupción. Así como de las fallidas soluciones a la pobreza y al cambio climático.
Pero he allí, a la gente, gente de color, gente rebelde que se alza con el grito de justicia y libertad, el basta de este genocidio, de este terricidio, y exterminio. Así como los estallidos de Chile, Ecuador, Bolivia, Colombia, Brasil, nacionalidades originarias Mapuches, Shuar, Ngäbe, BriBri y muchos más pueblos, que se multiplican para convertir a sus hijas e hijos en la esperanza de un mejor mañana. Tejida por el amor de matria y patria, tejida por las lecciones de mártires, de héroes anónimos, desaparecidos y desaparecidas sin razón. Aquí inicia la deconstrucción hacia la liberación ante el yugo esclavizante. Para levantar colectivamente la asunción terrenal, los saberes, emulados y pluralizados hacia un mejor continente en que pueda sostenerse de una economía ecológica, popular y solidaria, donde los otros mundos puedan respirar sin pasaporte, donde todxs quepan.
Así es la Abya Yala de los de ayer, presentes y siempre… Cada día rebeldes y alegres.
Colectivo Voces Ecológicas COVEC productores de Radio Temblor Internacional
Last modified: 12/10/2021