Familias afectadas, organizaciones civiles y defensores de los derechos humanos y ambiente, conmemoraron otro año más de luto, en que un 5 de noviembre de 2015, en horas de la tarde colapsara el dique de la tina de desechos del procesamiento metálico hierro que genera la empresa minera Samarco.
Sin números de efectos negativos sufrieron 43 municipios de los estados de Minas Gerais y Espírito Santo; desde la inundación de lodo a las comunidades, contaminación, rompimiento del tejido social, graves daños al ambiente, pérdida de las actividades productivas del campo, desplazamientos y 19 muertos. Además, el registro de alto nivel de contaminación a la salud de los habitantes antes del desastre industrial, que por doquier, fueron descubriendo cuando su estado de salud ya no era normal, debido al brote de enfermedades no comunes en el área. Y las distintas alertas sin una estrategia de evacuación por posibles situaciones fuera de control industrial.
Aquella escena, se suma la tardía justicia; irregularidades en las investigaciones y el sabotaje que persiste de parte de la empresa para acabar de romper con las relaciones familiares y comunitaria, como fin a dilatar el proceso judicial ante el daño histórico que sufrió Brazil.
La conmemoración, fue asistida por representantes de diversos países que forman parte del Observatorio de Conflicto Minero de América Latina OCMAL, quiénes por años realizan estudios e investigaciones sobre políticas extractivas mineras en la región. Entre los actos públicos se realizo un recorrido a la zona de desastre en Bento Rodrigues, un foro social en Ouro Preto que incluyo a expertos, afectados y sociedad civil. Y donde se ratifico continuar con la lucha y demandas legales. A pesar del reasentamiento familiar, y algunas reparaciones a las condiciones sociales, la calidad de vida no es igual.
Este trágico escenario, es prueba que el extractivismo minero, no representa una producción para los pueblos, que al margen de la exclusión social o falta de oportunidades social que debe otorgar el estado, se convierte en otra plaga para la convivencia de la gente y su ambiente.
Por: Olmedo Carrasquilla Aguila
Traducción video: Tulasi Resende / Bruno Milanez
Last modified: 11/11/2018